Revista Comunicación

el día que casi perdemos a Gardel

Publicado el 11 diciembre 2017 por Libretachatarra
infobae
En la madrugada del sábado 10 de diciembre de 1915, Carlos Gardel decidió recibir su cumpleaños en el Palais de Glace, donde se reunía la juventud y la bohemia porteña a bailar tango de salón. Cuando estaba por ingresar junto a su amigo el actor Elías Alippi, un hombre se interpuso y le efectuó un disparo en el pecho con un revólver. “Ya no vas a cantar más 'El Moro'”, le dijo el atacante.
Inmediatamente, fue trasladado al Hospital Ramos Mejía, donde el doctor Donovan comprobó que el cantante tenía alojada una bala en su pulmón izquierdo. Luego de analizar la herida, el médico determinó que era extremadamente peligroso el intentar extraerla.
¿Qué es lo que había ocurrido? Versiones más o menos coincidentes señalan que Gardel tenía un amorío con una mujer conocida como Madame Jeanette o La Ritana, que había sido cantante de Enrique Caruso. Por entonces era dueña de un salón de baile de la calle Viamonte y fue por su gestión que el popular dúo Gardel-Razzano había comenzado a actuar en el Armenonville, un lujoso restaurante concert, ubicado en la avenida Alvear y Tagle.
Pero La Ritana ya estaba comprometida, y no con cualquier persona sino con Juan Garesio, miembro del hampa porteña y dueño del cabaret Chantecler, que funcionaba en la calle Paraná al 400.
Garesio, al enterarse del romance, mandó a pegarle un tiro a Gardel. El brazo ejecutor fue Roberto Guevara, quien fue acompañado por un individuo de nombre Gregorio Gallegos de la Serna. Algunos sostienen que eran parientes lejanos del que después se convertiría en el Che Guevara.
Cuando Gardel se recuperó, buscó protección porque temía que Garesio mandase a otro sicario a terminar su labor. Así es que se contactó con su amigo Juan Ruggiero, más conocido como "Ruggierito", el pistolero que trabajaba bajo las órdenes del intendente de Avellaneda Alberto Barceló. Como a Gardel le gustaba apostar, solía concurrir al comité-garito de Ruggiero de la avenida Pavón al 200, en Avellaneda. Terminarían siendo amigos.
Ruggiero fue al Chantecler a hablar con Garesio ya que ambos se conocían. “Por favor, déjalo tranquilo a Gardel. Lo que pasó fue, y ya no se puede volver atrás. Te lo pido yo”. Y a los que habían atentado contra la vida del cantante, Ruggiero fue más terminante: “Si tocan a Gardel, habrá guerra”.
Garesio cumplió su palabra. Hasta que los ánimos se calmasen, Gardel fue alojado en la estancia de Pedro Etchegaray, en Uruguay. Nunca olvidaría el gesto de Ruggierito a tal punto que participaría en todo acto del Partido Conservador que se realizaría en Avellaneda, en tiempos en que los mitines políticos eran amenizados por cantantes populares, como Gabino Ezeiza o José Betinotti que lo hacían en actos del radicalismo.
(…)
Cuando ocurrió la tragedia de Medellín, donde Carlos Gardel perdió la vida, los médicos que le efectuaron la autopsia descubrieron la bala, y entonces comenzó a correr la historia de que había habido un tiroteo dentro del avión. Los profesionales colombianos nunca podrían saber que esa bala había acompañado a Carlos Gardel durante 20 años de vida artística.
(…)
ADRIÁN PIGNATELLI
“A 102 años del cumpleaños más dramático de Carlos Gardel”
(infobae, 11.12.17)


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