Título: El día que el mundo amaneció al revés
Autora: Eva Moreno Villalba
Ilustradora: Cristina Picazo
Editorial: B de Blok
Género: LIJ, novela, aventuras, intriga
Páginas: 120
Publicación: 2016
ISBN: 9788416712236
La novela ganadora del segundo Premio Boolino de Literatura Infantil. Berto y sus amigos intentan averiguar por qué, de la noche a la mañana, sus padres y todos los demás adultos se comportan como si tuvieran tres años. O más bien, como si se hubieran vuelto totalmente locos. ¿Tendrá algo que ver el extraño humo rosa que sale de la chimenea de la fábrica de juguetes? Con las calles convertidas en campos de batalla, ellos emprenden una aventura llena de peligros y diversión a partes iguales. Y mientras tanto, la persona que está secuestrando a los niños de la ciudad acecha.¡Qué divertido me ha parecido este libro! Divertido... pero también con su mensaje y sus reflexiones. Voy por partes.
Lo primero que llama la atención, como he dicho, es el humor. Eva Moreno nos presenta aquí la historia de unos niños que ven cómo una mañana el mundo amanece al revés y los padres se comportan como niños. Así que ver a los mayores infantilizados es bastante divertido (y más para un niño) y esta tónica se mantiene durante toda la novela y da bastante juego (y se le puede sacar bastante chicha si hablamos de ello con los lectores).
Pero a ojos de un adulto, además del puntito divertido me ha dado la sensación de que este ambiente caótico también tiene algo de postapocalíptico, aunque no sea en plan zombi sino en plan infantil. ¿Qué pasaría si todos volviéramos a ser niños y no hubiera nadie que se comportara como adulto? O, dicho de otro modo, ¿qué hacen los adultos que podamos echar de menos? Es un tema que se plantea a lo largo de toda la obra y que me parece fundamental hablar con los niños: sí, vale, los mayores somos unos pesados que siempre estamos diciéndoles lo que hay que hacer y lo que no... pero ¿qué pasaría si no fuera así? En la novela se muestran algunos escenarios en este sentido pero (y esto pensando, cómo no, en un club de lectura infantil) a los niños se les podría invitar a pensar en más, a añadir una escena a la novela en la que se desarrolle más este aspecto, a que hicieran una lista de pros y contras de un mundo sin adultos y, por supuesto, a reflexionar sobre el tema que subyace aquí: los límites. ¿Podemos vivir sin límites? ¿Podemos convivir sin leyes?
Otro de los grandes temas que plantea esta novela, llena de aventuras y de intriga, es el poder del dinero y el peligro de los avariciosos. ¿Qué puede llegar a hacer alguien por ganar dinero? Me parece que la trama que presenta la obra en este sentido puede ayudarnos a hablar con los lectores de la avaricia, de la obsesión de determinadas personas por amasar dinero a costa de lo que sea y de los límites de lo moral y éticamente correcto.
También, y relacionado con esta parte de la trama, se puede hacer pensar a los niños en el consumismo, el márketing, las necesidades que nos crea el sistema y que, en realidad, son falsas; la sociedad de consumo y de la sobreabundancia.
Por oposición (y también porque es un tema que plantea una de las niñas protagonista), se les puede invitar a pensar sobre un sistema más sostenible, qué podemos hacer para proteger al planeta o qué pasa con quienes no tienen tanto dinero como para vivir en esa sobreabundancia que propugna el consumismo. Asimismo, también se toca, aunque sea tangencialmente, el tema de la crisis económica y social de los últimos años, asunto que también es interesante hacer ver a los más pequeños.
Todo ello junto a otros temas secundarios pero también de interés, como la valentía, la justicia, la responsabilidad, la amistad, el trabajo en equipo, la solidaridad...
Me he ido directamente a los temas de fondo porque me ha gustado mucho que un libro mezcle la diversión con la reflexión, pero hay que decir también que el ritmo de la obra es muy bueno, que no decae en ningún momento, que la intriga se mantiene durante todas sus páginas y que está muy bien dosificada y que la sucesión de aventuras (y la mezcla con la reflexión -o la invitación a la reflexión- y el humor) está muy lograda.
En definitiva, una obra amena y divertida a la que se le puede sacar muy juego y digna ganadora del Premio Boolino 2016.
Nos seguimos leyendo.