"El día que se perdió la cordura" de Javier Castillo
Centro de Boston, 24 de diciembre, un hombre camina desnudo con la cabeza decapitada de una joven. El doctor Jenkins, director del centro psiquiátrico de la ciudad, y Stella Hyden, agente de perfiles del FBI, se adentrarán en una investigación que pondrá en juego sus vidas, su concepción de la cordura y que los llevará hasta unos sucesos fortuitos ocurridos en el misterioso pueblo de Salt Lake diecisiete años atrás.
Con un estilo ágil lleno de referencias literarias -García Márquez, Auster, Orwell o Stephen King- e imágenes impactantes, Javier Castillo construye un thriller romántico narrado a tres tiempos que explora los límites del ser humano y rompe los esquemas del género de suspense.
Formato: Tapa blanda / Epub
ISBN: 9788491291084
Precio: 17.90€ / 7.99€
Sobre el autor: Javier Castillo
Comencemos por el principio. Una portada sugerente y un faldón en el que se me comunica que la novela constituye "el fenómeno literario de los últimos años", con más de 400.000 ejemplares vendidos. Bien, eso me suena a puro marketing y mi actitud, como buen escéptico que soy, permanece inalterada a excepción de esa cubierta, que verdaderamente llama mi atención. Decido, pues, comprarla (el poder de la imagen nunca debe ser despreciado) con la intención de averiguar si el contenido se corresponde con el continente, reto que resume mi forma de actuar. Comienzo la lectura y me siento cómodo; la trama me atrapa y me veo obligado a leer compulsivamente hasta que he terminado el libro en apenas dos sesiones. Debo de hacer una reseña literaria. La haré con mucho gusto. Aviso: ya he adquirido El día que se perdió el amor, la segunda entrega de lo que parece una ¿bilogía? Cuyo autor es Javier Castillo, hasta ahora un desconocido para mí.
Puede que sea de los mejores libros de suspense que he leído últimamente, lo cual tiene su mérito pues me considero lector compulsivo, obsesivo y sin freno. Me refiero a El día que se perdió la cordura. Frenética trama narrada a tres tiempos en las que el autor no concede tregua, atrapando al lector en un laberinto que parece no tener sentido pero cuyas escenas, impactantes, dejan adivinar una concatenación de secuencias a la que se aspira desde la primera página y a la que no se llega hasta que el libro pesa mucho más en la orilla derecha que en la izquierda.
Sin duda, Amanda, un nombre en principio corriente, se nos quedará grabado durante un tiempo en la memoria. Lo mismo podemos decir de Jacob o de la localidad de Salt Lake, uno de los escenarios en que confluyen y divergen unos hechos imposibles, dignos de las grandes obras del género.
El amor de unos padres es, sin duda, una de las mayores fuerzas de la naturaleza. Se plantea, pues, ¿hasta donde es capaz de llegar un progenitor por su hijo? Pero las preguntas a formularse pueden ser mucho más precisas porque una promesa de amor, si este es amor verdadero, puede alcanzar cotas semejantes.
Como buena obra de género negro, como batido espumoso de suspense sin fin, la muerte aparecerá temprano y el caso será difícil, muy difícil de resolver. Quizás seamos nosotros mismos los que tengamos que hacerlo. El FBI aportará su granito de arena y Jacob... No se pierdan cómo se nos presenta este joven. Les aseguro que merecerá toda la atención del lector.
¿Cómo seguir con esta reseña sin desvelar la trama? Son tantas las aristas por pulir que no resulta difícil. El azar y el destino juegan a ser los narradores de una historia increíble y escalofriante cuyos visos de realidad nos hacen sentir incluso miedo ya que nuestra naturaleza humana, aun rigiéndose por normas sociales, puede llegar a prescindir de ellas para transformarnos en auténticos depredadores.
Un asterisco de nueve puntas será sinónimo de pentáculo y cuando este aparece pintado, ya sea en un papel o en una pared, todos sabemos de antemano que algo malo va a pasar ¿o es quizás solo sugestión?
Javier Castillo creció en Málaga, pero elige una tranquila población de los Estados Unidos de América para desarrollar su historia, un hecho hasta cierto punto infrecuente entre nuestros autores. Diplomado en empresariales, ha trabajado como consultor de finanzas corporativas, único dato biográfico que a priori puede crear una semejanza con Steven, el padre de Amanda, uno de los personajes... pero cualquier parecido es pura casualidad; Steven, además, es abogado.
¿Puede un cambio de vida ser más traumático? Lean el libro e interroguen a Amanda, si pueden...
Reseña de Francisco Javier Torres Gómez