Revista Comunicación
El 1 de enero de 1921 comenzó diecisiete minutos antes que el 1 de enero de 1920.
Para entender cómo ocurrió es necesario saber que en 1849, durante el gobierno de Rosas, se decretó que la hora oficial Buenos Aires sería la que marcara el reloj del Cabildo.
El sistema funcionó muy bien, salvo en la noche del 6 de agosto de 1888 porque la lámpara que iluminaba la esfera del reloj desde su interior se quedó sin querosene.
Pero llegó el momento en que no bastaba contar con una hora local, sino que hacía falta un horario común en todo el país debido al ferrocarril: un medio de transporte preciso, que obligaba a que se cumplieran horarios uniformes en puntos distantes.
El impulsor de la hora oficial en el todo el territorio del país fue el intendente de Rosario, Gabriel Carrasco. Gracias a su gestión, en agosto de 1894 se estableció como oficial el horario del meridiano del observatorio astronómico de Córdoba.
Por lo tanto, mientras en Londres eran las doce del mediodía, en Córdoba faltaban casi diecisiete minutos (16 min. 48 seg.) para las ocho de la mañana.
La corrección de los diecisiete minutos se hizo el 1 mayo de 1920 (cuando la Argentina adoptó el sistema de husos horarios a partir del de Greenwich). Por ese motivo, el 30 de abril tuvo diecisiete minutos menos: terminó a las 23:43:12.
“17 minutos menos”
DANIEL BALMACEDA
(historias inesperadas, 01.01.11)