Portada 'El diablo de la botella' del sello Vagamundos
El prólogo está escrito por Federico Villalobos y lo titula ‘La botella del diablo’. En esta breve introducción, Villalobos narra un poco la vida que tuvo este relato desde su nacimiento hasta ediciones posteriores. Al término de este prólogo, el autor del mismo traslada una anécdota brillante y brutal al lector, cuando en 2009 la firma letona Kontara Loan Company permite a sus clientes endeudar su alma a cambio de un préstamo…
‘El diablo de la botella’ nos traslada a la isla de Hawaii y un hombre llamado Keawe es el protagonista de esta historia… Keawe era un trabajador pobre, sin apenas dinero y lo único que deseaba era vivir tranquilo en una bonita casa. Un día, paseando, un extraño hombre le ofrece una botella de un cristal resistente y en la que asegura que vive el diablo. Le dice que cuando se posee la botella, el diablo se pone a las órdenes del dueño de la misma. Sólo hay una condición: cuando se posea aquellos que se quiera tendrá que vender la botella por un precio inferior al que la compró. Keawe, esperanzado por tener una vida mejor, adquiere la botella. Cuando por fin consigue construir la casa de sus sueños vuelve a revender la botella, esta vez a su amigo Lopaka, que también tiene sueños que cumplir…
Ilustración de 'El diablo de la botella' por Pablo Ruiz para Vagamundos
Por diferentes circunstancias y tras haberse curado, Kokua se entera del mal de Keawe. No hay tiempo que perder y tienen que vender la botella porque corren el peligro de que el diablo se quede con su alma… Todo parece ir bien hasta que descubren que el precio de la botella ha bajado tanto que es prácticamente imposible venderla… ¿Conseguirá la joven pareja su propósito y alejarse del diablo?
Ilustración de 'El diablo de la botella' por Pablo Ruiz para Vagamundos
Tengo que reconocer que ‘El diablo de la botella’ me ha tenido capturada desde el principio hasta el final. Puede que la extensión del relato (60 páginas) me haya ayudado a leer este libro con avidez. Necesitaba algo relativamente ligero y este clásico de Stevenson ha sido todo un acierto.
Generalmente me resulta difícil reseñar los grandes clásicos de la literatura. Creo que si son libros que han pasado a la historia de las letras, lo han hecho por algo y me cuesta poner en duda tal reconocimiento. Sin embargo, se produce una tremenda satisfacción cuando el libro ha gustado tanto.
En pocas páginas el gran Stevenson logra transmitir una idea que a pesar del paso de los años no ha abandonado nunca al ser humano: ¿Hasta qué punto seríamos capaces de llegar para conseguir aquello que deseamos?
Así, nos encontramos a Keawe, un personaje que pese a no ser excesivamente ambicioso, no logra vivir tranquilo ya que hay una botella maldita de la que no logra deshacerse, siempre regresa a sus manos. ‘El diablo de la botella’ es una excelente novela que capta la atención del lector desde la primera página, es más, desde la misteriosa portada que envuelve a esta edición. Lejos de analizar la excelente prosa del libro o las magníficas ilustraciones que acompañan el relato, nos tendríamos que parar a pensar sobre esta idea que puede que ahora esté más en alza que nunca.
Esta es una historia que habla de la ambición, del miedo a lo desconocido y sobre todo, de las grandes creencias que todavía hoy imperan en nuestra sociedad. En definitiva, ‘El diablo de la botella’ es una pequeña obra maestra que nuca pasará de moda, que siempre tendrá un motivo para ser actual pese a que los tiempos cambien porque es la sociedad la que nunca evoluciona. 10/10