En su reunión del sábado 30 de enero con la plana mayor del socialismo español demostró que no es tonto porque cuando parecía derrotado por la oposición de los barones mas poderosos del socialismo, se sacó una carta de la manga y apeló a lo que es sagrado en democracia, al voto de las bases, que deberán decidir si los socialistas españoles se embarcan en la aventura totalitaria de pactar con Podemos y con el nacionalismo independentista para que su líder, el ambicioso Pedro Sánchez, sea presidente del gobierno. Pero con esa decisión conseguía efectos perversos y tal vez demoledores en el socialismo español, que, por culpa de la loca ambición de Sánchez, está más dividido, enfrentado y con sus estructuras dañadas. ---
El pasado 19 de enero publiqué en Voto en blanco un artículo titulado ¿Es Pedro Sanchez mas tonto que Zapatero?, que se convirtió en uno de los de mayor éxito del año, con casi 70.000 lecturas. El artículo era también una encuesta disimulada sobre la imagen de Pedro Sánchez, que obtuvo numerosas opiniones. La mayoría piensa que el socialista es más un malvado que un tonto y otros también lo consideran un peligroso y ambicioso irresponsable.
El artículo expresaba que "cada día son mas los que creen que Pedro es un tonto con ambición, un cóctel verdaderamente letal que entraña mucho peligro y que sería terrible que llegara a la Moncloa".
Su obsesión por un "gobierno de progreso" no es otra cosa que el fruto de su ambición por gobernar y la única forma que tiene de mantenerse en el poder, después de su fracaso en las elecciones del 20 de diciembre, en las que el PSOE, con él de candidato, cosechó los peores resultados en su historia.
Un comentarista del blog decía que "Pedro Sánchez es un disfraz del diablo y puedo demostrarlo porque carece de otro sentimiento que no sea la ambición".
En uno de los comentarios, Vanlop decía: "El personaje, no hace más daño porque no tiene poder. Cuando decimos que es tonto, no quiere decir que lo sea realmente; lo es respecto al cargo que quiere ocupar. En cualquier profesión sería uno de tantos, sin brillantez, pero sin que nadie le llame tonto. El problema es que en cualquier profesión se lleva una vida anónima y este hombre necesita los focos y las cámara y sentir que lo que dice lo escuchan millones de personas".
Manu decía: "Más que tonto yo diria que es un ególatra sin límites". José Luís reflexionaba así: "Tenemos a un Pedro Sánchez, que hace seis telediarios estaba echando curriculums, para encontrar currelo, como corresponde a su edad. Ahora, para su desgracia y la nuestra , es aspirante a Presidente de la Nación más vieja de Europa".
Personalmente creo que ni él ni Zapatero son tontos, aunque sí mediocres, irresponsables y víctimas de una ideología perversa que envilece al ser humano y que puede considerarse como la peor plaga de la Humanidad, un totalitarismo disfrazado de "Progreso" que, según ha demostrado a lo largo y ancho de la Historia, cuando alcanza el poder enloquece, aplasta a los ciudadanos, suprime las libertades y reprime y hasta asesina a los que tienen la "osadía" de oponerse a su dictadura popular y estatal.
Progresar no es agrandar el Estado y gobernar sin controles, con fuerza invulnerable y con poder suficiente para aplastar los derechos, las libertades y la ciudadanía. Eso es totalitarismo vulgar y asesino. El verdadero progreso es avanzar en democracia, libertad, justicia y en limpieza, no construir un gobierno socialista-comunista dominado por la oscuridad, con una Justicia sólo al servicio del Estado y el predominio absoluto de las élites políticas sobre el ciudadano. La obsesión por el poder de Pedro Sánchez puede ser para España una desgracia superior a lo que representaron Zapatero y Rajoy. Los que creían que la política española había alcanzado el fondo de la bajeza y el fracaso y que no podía ya empeorar, se equivocan porque la alianza de Pedro y Pablo creará un gobierno peor que el de sus ineptos y fracasados predecesores.