Revista Libros
Escritor: Mark Twain
Adán y Eva, son nuestros antepasados primeros, los únicos que disfrutaron por un tiempo del Paraíso tantas veces representado. Fueron expulsados, y nosotros podríamos estar llorando eternamente por ello. Pero no, Mark Twain nos dice que no. Para ello nos presenta en este mini-relato los diarios que Adán y Eva, en un tiempo escribieron, y por ellos nos daremos cuenta, con el lenguaje gracioso, irónico, ingenioso, divertido, y entrañable de que en realidad el mundo que nosotros, sus descendientes, vivimos: es el Paraíso. Así que, si en algún tiempo, Eva no fue muy bien vista, aquí está Adán para decirnos que haríamos mejor agradeciéndoselo. Veamos:
Recordamos que al principio existía un Adán solo en el Paraíso, que tan acostumbrado a este bucólico paisaje, ni siquiera lo veía. Amaba también Adán su tranquila soledad, y es que siempre había sido así.
Pero de pronto, vio aparecer por vez primera a esa “nueva criatura de pelo largo”. Era bonita, y con muchas ganas de comunicación, muy pesada tan enamorada de todo lo que veía y a lo que todo tenía que ir poniendo nombres. ¡Para qué tanto curiosear cuando en este Paraíso ni siquiera existe la muerte!. Se decía Adán, “preveo complicaciones”, bufaba Adán, “preveo complicaciones” … y ya sabemos todos que no iba mal encaminado.
Pero es que Eva, desde que la dejaran caer en este Paraíso, se dio cuenta de que era un “experimento”, como todo lo que allí había. Disfrutada viendo ese universo nuevo, y se preguntaba y preguntaba, buscando entenderlo todo. Entre tanto, se topa con otro “experimento” al que no sabía cómo llamar, pudiera ser un hombre, aunque al principio le pareció que tenía que ser una especie de “reptil”, probablemente mudo, demasiado simple, y siempre tumbado, entre otras características. Pasa el tiempo, y al final pensó Eva que era una criatura ideal para querer.
Por su parte Adán queda embelesado de la complejidad de Eva, el riesgo que corre de estar cerca de ella es que "creo que acabaría convenciéndome”, se decía Adán. Y pasando el tiempo, para Adán ya no habrá más Paraíso que su Eva, como no podría ser de otra forma, porque Eva se había convertido entre los experimentos, en el experimento principal.
NOTAS:
Mark Twain, atribuye a la mujer, el ser la fuente de felicidad para el hombre, el único Paraíso, y es así por las innumerables cualidades que posee. Para la mujer, sin embargo, Adán sería importante, independentemente de sus cualidades. Eva lo ama por ser como es, y también, porque es suyo. Esto creo que es un poco de la época, pero no lo voy a criticar, porque al fin y al cabo, Mark Twain es de 1835, y le atribuye a Eva aparte de cualidades como la belleza, la gracia y abnegación, otras que en aquella época muchos le negarían, como la inteligencia, curiosidad, capacidad de pensamiento sobre las cosas, y una gran capacidad por buscar la belleza de la vida, (es quizás por eso, que pueda amarlo a él, porque sí). En realidad la Eva de Mark Twain es mucho más completa que su Adán, y Mark Twain se muestra gratamente generoso con la figura femenica, al menos, eso me ha parecido.