La Real Academia de la Historia acaba de presentar el nuevo diccionario biográfico español. Una obra que consta de 50 tomos y que trata de recopilar unas 40.000 biografías de personajes, de cualquier rama, que han pasado a la historia.
El diccionario ha sido elaborado bajo la tutela y supervisión de la Real Academia de la Historia, ha costado 6,4 millones de euros y su precio de venta es de 3500 euros.
Pues bien, en un alarde de pureza, objetividad y veracidad, los historiadores autores cuando hablan de la biografía de Franco, a la que dedican cinco páginas, entre otras lindezas dicen que:
- Fue un general valeroso y católico
- Participó en un golpe de Estado contra un Gobierno caótico con el único fin de restaurar la monarquía democrática
- Montó un régimen autoritario, pero no totalitario
- Su perfil era el de un gobernante católico, inteligente y moderado.
El autor de la reseña de Franco ha sido Luis Suárez Fernández, un historiador vinculado a la Fundación Francisco Franco. Como se puede observar un historiador “neutral”. Algo así como poner al ABC a escribir una biografía del rey.
También hablan del ex-presidente Aznar, y le alaban los logros económicos conseguidos y hablan de que perdió las elecciones porque el PSOE se aprovechó del desastre del Prestige y por el clima traumático del atentado del 11-M.
Estos son los historiadores de la Academia. Aseguran que esta obra no ha sido confeccionada en la calle Génova, pero si no ha sido así, la Academia de la Historia es una sucursal pepera aventajada, pagada al igual que la obra que criticamos, con fondos del erario público.
Ya sólo faltaba que nos cambien la historia. Este diccionario no solamente falsea la verdadera historia, sino que se ríe de las víctimas franquistas. Y todo esto con el beneplácito del gobierno, cuya ministra de Cultura presentó el libro junto al rey.
Que el Borbón, puesto por Franco, esté de acuerdo con estas descripciones no me extraña en absoluto. Más difícil es pensar que una ministra socialista, aunque sea la ínclita e inepta González Sinde, se preste a esta pantomima, que sin duda desprestigia a quien la avala tanto como al que la escribe.
De grave considero este hecho. ¿Qué será lo próximo? Hablamos de políticos, de jueces y ahora también vemos que hay historiadores contaminados por ese revisionismo histórico que se empeña en cambiar la historia y volver a la que yo estudiaba hace cincuenta años. A esa historia trucada que defendía asesinos y condenaba la libertad, la justicia y la democracia.
Salud y República