El dilema del socio-fundador

Al momento de comenzar decide tres cosas: las reglas del juego, lo que te juegas y el momento de abandonar. Son las decisiones que, según este viejo proverbio chino, debería tener claras cualquier persona que inicia una nueva aventura como lo es emprender.

La pasión que transmite el emprendedor en su entorno por aquello que ha creado con talento y esfuerzo es difícil de replicar. Es por esto que, cuando llega la hora de dar un paso al costado, es decir, en muchos casos dejar de ser el gerente general-fundador, no es una decisión para nada fácil. Los emprendedores que han visto su empresa crecer y desarrollarse pasan mucho tiempo pensando y preguntándose si sus habilidades son las adecuadas para poder llevar a la empresa a una nueva etapa de crecimiento.

Una encuesta realizada por un investigador de la Universidad de Harvard a más de 3.000 startups americanos concluyó que al cabo de tres años desde su creación, menos del 50% de los socios-fundadores eran los actuales gerentes generales de sus emprendimientos. Más aún, sólo el 25% de los socios-fundadores lideraban la gestión de la empresa al momento de realizar la primera oferta pública de acciones.

Pero los socios-fundadores no se van tan fácilmente. Cuando se les hace la pregunta, en esta misma encuesta, sobre la probabilidad que su negocio sea exitoso, el resultado se acerca a un 81%. Mientras que cuando se pregunta si negocios similares al de ellos pueden llegar a ser exitosos, la probabilidad cae al 59%. El exceso de confianza, o bien sobreoptimismo, es evidente.

Es por esto que no es de extrañar que cuatro de cada cinco fueron forzados a dejar la gerencia general por sus socios inversionistas, según esta encuesta realizada por Harvard. Las habilidades y liderazgo que requiere una empresa para comenzar y abrirse camino parecen ser diferentes de aquellas requeridas cuando la empresa entra en una nueva fase de desarrollo. Y son los nuevos inversionistas, en general, los que terminan evaluando las habilidades que en muchos de los casos concluyen que sólo una fracción de ellos cuentan con las habilidades y experiencia para asegurar el crecimiento de la empresa en esta nueva etapa.

No está escrito en piedra cuando es el mejor momento que los socios-fundadores deben dar un paso al costado en la administración. Pero pareciera que en emprendimientos que se proyectaron en el tiempo y fueron exitosos en su nueva etapa de desarrollo, los socios-fundadores entendieron que ceder el control (o poder) de la administración con un adecuada transición, no fue dar un paso al lado sino más bien uno al frente, que permitió pavimentar el camino al éxito para un adecuado desarrollo de su negocio en el tiempo.

Fuente http://voces.latercera.com/2015/11/16/matias-acevedo/el-dilema-del-socio-fundador/