Mamá.
- ¿Hum? -pregunto, mientras termino de secarla después de la ducha. Los restos del parque se han ido por el desagüe.
- ¡Cuidado con mis alas! -dice Niña Pequeña, estirando sus brazos a la altura de sus hombros.
- Perdón... -digo, cansinamente. Recuerdo que no pestañea por las tardes mientras merienda y ve los dibujos de la familia Teranodonte.
- Tú también tienes alas, mamá, lo que pasa que todavía no sabes volar -afirma seriamente, cogiéndome de un brazo para que pueda admirar mis, parece, recién estrenadas alas.