Revista Cultura y Ocio

«El dios de los finales», de Jacqueline Holland

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«La muerte, para mí, estaba unida de forma inextricable a cosas que atesoraba: a la artesanía y la poesía, a mi padre y a las bellas obras que fabricaba, por lo que no podía evitar que me despertara cierta ternura. Incluso ahora, tantos años después, recuerdo aquellas tumbas con mucha nitidez…»

«El dios de los finales», de Jacqueline HollandReseña escrita por Maudy Ventosa.

El Dios de los finales es la primera novela de la escritora y Máster en Bellas Artes, Jacqueline Holland, y ha sido publicada por Editorial PLATA. Una ópera prima en la que la autora nos presenta un relato de amor, familia, historia y mitos desde la mirada de una mujer que no va a morir.

«El dios de los finales», de Jacqueline HollandEl germen de la novela se encuentra en la reciente maternidad de Jacqueline, un momento en el que se pregunta cómo mejorar sus imperfecciones para nunca dañar a los seres queridos. Es la primera vez que es madre y su bebé depende por completo de ella… es cuándo se cuestiona cómo llenaría su vida si fuera inmortal, si viviera para siempre. Sabe que nunca será perfecta, que tenía que encontrar un camino y aceptar la realidad lo mejor que pudiera. Y surgió El Dios de los finales, con una protagonista, Colette Lesange, a la que creó vampiro… e inmortal.

La protagonista es una artista solitaria que dirige una elitista escuela de bellas artes —algo que la autora conoce muy bien por sus estudios— para niños, en la ciudad de Nueva York.

Es hermosa y joven, pero esconde un oscuro secreto. Nadie tiene que saber lo que guarda, quién es realmente, porque ese misterio ha conmocionado su vida desde siempre; desde el mismo momento que su abuelo tomó la decisión de convertirla en un ser como él: inmortal.

Su padre era tallador de tumbas y había ayudado a los demás a encontrar la paz en la muerte, pensaba que éstos no eran responsables de la aflicción de los vivos; perdió a su madre siendo una niña y su padre la siguió pronto, y poco más tarde su único hermano. Siempre estuvo rodeada de muertos y sólo temía que sus seres queridos se fueran antes que ella y la dejaran sola. Y terror al saber que los vecinos los desenterraban para romper sus huesos y quemar su corazón. Entonces decían que ella estaba atormentada por espíritus malignos. Hasta que apareció su enérgico y rico abuelo y la llevó con él.

Produce desasosiego profundo la prosa de Jacqueline, donde la protagonista es la narradora, con el frío de la muerte, con las tumbas de las que salen cadáveres y con la sangre de los demás que hace florecer la vida de los vampiros, hasta que se produce un salto temporal de 1930 a 1984 donde explotan los colores en el campo en un octubre fresco; pero siempre está presente la muerte: Qué curioso que, en la naturaleza los colores más vivos sean los que preceden a la muerte. Los capítulos nos llevan a sus recuerdos una y otra vez.

Los alumnos de la escuela de Colette son precoces hijos de familias adineradas que han abandonado la ciudad para vivir en el campo y tienen grandes planes para ellos, lo que es una manera de mostrar sus logros a través de su descendencia.

La obra habla de la continua pérdida que supone el dolor de sobrevivir siempre a la gente que se ama; es la elaboración de un duelo continuo al verse abandonada irremisiblemente por los seres queridos; es la maldición de vivir para siempre; de tener sed de sangre y saber que su vida es una condena, una maldición. La pregunta es obvia, ¿qué es lo que hace que merezca la pena vivir?

La protagonista indaga sobre su propia condición humana y su enorme complejidad, sobre las dificultades del amor, la maternidad y las maneras de vivir a través de los siglos que dura su eterna vida atravesando continentes. Ella es buena, delicada y amable, pero también puede convertirse en un ser muy peligroso.

Chernabog, el dios de los finales está en camino, El que Vacía, está en camino. Oigo el crepitar de sus llamas, y el sudor de su calor me gotea de la punta de la nariz. Está en camino como siempre lo ha estado: con expresión sincera, dispuesto en cenizas, humo y finalidad, solo que esta vez no pienso huir ni resistirme.

Lee y disfruta de un fragmento de la novela.

La autora:«El dios de los finales», de Jacqueline Holland
Jacqueline Holland se graduó recientemente en el programa de escritura creativa de la Universidad de Kansas. Sus relatos breves se han publicado en las revistas Hotel Amerika, Flash Fiction Magaziney Big FictionMagazine. Quedó seleccionada entre las veinticinco finalistas del premio GlimmerTrain´s Short Story para nuevos autores, y también en el premio Sequestum Magazine´s New Writers. Vive en el área metropolitana de Minneapolis Saint Paul junto a su marido y sus dos hijos. El dios de los finales es su primera novela.

El libro:
El dios de los finales (título original: The God of Endings, 2023) ha sido publicado por la Editorial Letras de Plata en su Colección Plata. Traducción de Daniel Casado Martínez. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 512 páginas.

Como complemento pongo un vídeo en el que Jacqueline Holland nos habla de su libro 𝘌𝘭 𝘥𝘪𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘧𝘪𝘯𝘢𝘭𝘦𝘴.


Para saber más:
https://jacquelineholland.com/


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