«El dios en llamas» de R.F. Kuang: El sangriento y épico final de «La guerra de la amapola»

El dios en llamas pone punto y final a la trilogía de fantasía épica La guerra de la amapola en la cual su autora, R.F. Kuang, nos transporta a una China plagada de dioses, magia, mitología oriental y guerras sangrientas. Si has recorrido el largo camino para llegar hasta aquí, puedo contarte un poco acerca de lo que puedes esperar en este desenlace y qué le depara el destino a Rin, nuestra querida protagonista quien, a pesar de albergar el poder de un dios en su interior, toma decisiones muy humanas, lo que supone que se equivoca bastante y esto le conlleva más que trágicas consecuencias.

Todo comienza poco después de La república del dragón con una Rin arrepentida de su papel en la trama de ese segundo libro, pero dispuesta a enmendar sus errores aliándose con la Coalición sureña para proteger al pueblo nikara al que pertenece. Así, la joven guerrera ahora deberá enfrentarse a la República y a sus aliados hesperidianos (los occidentales) para liberar a la gente del Sur del yugo y la pobreza a la que el enemigo les está condenando. Pero Rin también contará con compañeros (algunos estables y otros pasajeros), que le ayudarán a liderar un ejército y a controlar el poder del fénix, lo cual pasa por atravesar un continente en guerra hasta llegar a lugares sagrados, buscar apoyo en la mismísima Triada e incluso montar su propia escuela de chamanes. Todo ello para acabar enfrentándose a un destino lleno de sacrificios, en el que se decidirá el futuro de Nikara.

Como ya te estarás imaginando, en El dios en llamas se repite la dinámica a la que Kuang nos tiene acostumbrados, lo cual quiere decir que te vas a encontrar con escenas muy duras y crueles, y con sangre a mogollón. Por eso, lo mejor será que no te encariñes demasiado de ningún personaje, pero que tampoco te fíes de ninguno. Aunque hay que decir que uno de los puntos débiles de esta historia es que Rin peca demasiadas veces de confiar en las personas equivocadas. Por lo demás, esta última entrega de La guerra de la amapola vuelve a ser una historia poderosa, en la que la historia china se entremezcla con magia, con un original resultado que hará las delicias de los lectores amantes de la fantasía de corte oriental.

Y precisamente uno de los puntos fuertes de toda la trilogía es el desarrollo del personaje de Rin, quien continuamente vive una lucha interna que enfrenta el ansia de poder y la naturaleza impía del dios fénix con el lado humano de la chica, lo que supone que constantemente deba aplacar las ideas de venganza y crueldad que le asaltan, sobre todo ante determinadas situaciones…

Ahora que (con bastante pesar), todo ha terminado, es el momento de seguir con la obra de esta autora que me ha sorprendido para bien, de modo que es cuestión de tiempo que te deje por aquí mis impresiones del resto de sus best-sellers. Eso sí, echaré mucho de menos a Rin como personaje perfectamente construido desde sus orígenes miserables hasta prácticamente la cima del poder y su carácter luchador, contante e imprevisible.