Desde muy niña, quizá desde que oyó por primera vez la “mágica frase” de “érase una vez…”, Ana María Matute supo que entregaría su vida a la Literatura, una pasión de la que ha hablado hoy en su discurso de agradecimiento del Premio Cervantes, en el que ha evocado su infancia y sus comienzos como escritora.
Ha sido un discurso intimista, sincero y emotivo, muy distinto al de otros galardonados, en parte porque, como ella ha confesado, no se le da bien este tipo de intervenciones y prefiere “escribir tres novelas seguidas y veinticinco cuentos, sin respiro, a tener que pronunciar un discurso”, y también porque el estilo de Matute es único y hoy no tenía que demostrar nada: ahí están su obra y su inmensa capacidad de fabulación.
Leer el discurso íntegro de Ana María Matute en la entrega del Premio Cervantes 2010 (PDF).