El discurso del rey Felipe se mantuvo entre dos aguas. No fue todo lo crítico que queríamos los demócratas, ni tan suave y alienado como querían los chorizos y sinvergüenzas que gobiernan la nación. Se veía que el rey está preocupado por la situación de España, dividida, enfrentada, mal gobernada y con sus instituciones en crisis, pero no se atrevió a denunciarlo abiertamente y sólo apuntó que el país está en riesgo. Llegó todo lo lejos que podía llegar sin arriesgar su Corona. Para los muchos luchadores y miembros de la resistencia que deseaban que el rey se sumara a la critica de las mentiras del gobierno, sus abusos, arbitrariedades, desvergüenzas, ataques a la Constitución, amistades peligrosas y asaltos a la Justicia y a otros derechos y valores democráticos, el discurso fue decepcionante. Pero para los fanáticos que siguen a Sánchez, a Podemos, a BILDU y a la turba independentista y golpista que odia a España, el discurso del rey fue demasiado lejos en sus críticas y alusiones a la crisis del Estado y del sistema. ---
El discurso, uno de los más esperados de las últimas navidades, ha tenido lugar en un contexto de plena crispación política a raíz de las últimas medidas aprobadas por el Gobierno, como la derogación de la sedición y la rebaja de penas por malversación, así como la crisis institucional generada por la resolución del Tribunal Constitucional.
Algunos, quizás víctimas de sus sueños y deseos, han visto en el discurso una crítica directa a Sánchez por su maltrato a la Constitución y su forma de gobernar, pero la verdad es que las críticas fueron más veladas e indirectas de lo que la durísima situación de España requiere.
Para entender el discurso y juzgarlo con justicia hay que tener en cuenta que las palabras del rey son revisadas y censuradas por la Moncloa, que tiene el poder de borrar párrafos y eliminar ideas y frases.
Algunas frases destacadas del discurso, que duró 12 minutos, fueron las siguientes:
"Hay familias que no pueden afrontar la subida de precios de forma prolongada y necesitan el apoyo de los poderes públicos".
"El nuevo escenario que vivimos está causando en nuestra sociedad una gran preocupación e incertidumbre. No podemos ignorar la seriedad de estos problemas, pero tampoco podemos renunciar a que las cosas puedan cambiar y mejorar".
"Somos un país que, como ahora, siempre ha sabido responder –no sin dificultades ni sacrificios– a todas las adversidades, que no han sido pocas a lo largo de estos años".
"Las democracias en el mundo están expuestas a muchos riesgos que no son nuevos; pero cuando hoy en día los sufren, adquieren una particular intensidad. Y España no es una excepción".
Y las dos siguientes, que quizás fueran la más interesantes y alusivas al momento duro que vive España: "
"Un país o una sociedad dividida o enfrentada no avanza, no progresa ni resuelve bien sus problemas, no genera confianza. La división hace más frágiles a las democracias; la unión, todo lo contrario, las fortalece".
"Necesitamos fortalecer nuestras Instituciones (...), que respondan al interés general y ejerciten sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes, y sean un ejemplo de integridad y rectitud".
Nos hubiera gustado que el Rey tirara de las orejas a quienes asaltan la Justicia, mienten a diario, hacen desde el gobierno lo contrario de lo que prometieron en campaña electoral y gobiernan apoyándose en comunistas totalitarios, amigos del terrorismo y golpistas que odian a España, pero el Borbón sólo fue un Borbón y no se atrevió a poner su Corona en riesgo.
Francisco Rubiales