Un año más, el 24 de diciembre, pusieras el canal que pusieras allí estaba, Su Majestad El Rey de España preparado para ofrecer el discurso Real más esperado desde hace décadas. Y es que el caso de Iñaki Urdangarín ha abierto tal brecha entre la Casa Real y el pueblo español que en esta ocasión Don Juan Carlos tuvo que hacer referencia al asunto en su tradicional mensaje.
Sobre el recado, también hay que decir que al igual que se mantuvo el secreto de Mariano Rajoy y sus ministros hasta el último minuto, con el mensaje del Rey pasó exactamente lo mismo. Algo, como aseguran desde algunas redes sociales como twitter (www.twitter.com) , que era lógico dada la importancia este año del discurso. Muchos incluso aseguraban que el mismo lo iba a dar Karanka, que es el que se encarga de dar la cara cuando hay marrones que tratar en la “Casa Blanca“.
En cuanto a la forma en la que se refirió al caso de Urdangarín, ésta fue indirecta. Pero no piensen que habló del incremento de fábricas de chorizos en el país o de la facilidad de algunos emprendedores de conseguir dinero para sus empresas sin ofrecer nada a cambio. Nada de eso, Don Juan Carlos aseveró que «Todos, sobre todo las personas con responsabilidad pública, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar». «Cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos».
Ante tal declaración y sabiendo cómo ha apartado Su Majestad de la agenda al Duque de Palma, ésto no va a facilitar mucho la defensa del ex jugador de balonmano. Pero Don Juan Carlos habló también del fin del terrorismo, de la necesaria unión entre trabajadores y empresarios para salir de la crisis y lo hizo con gran expresividad en sus gestos y movimientos.
Pero si hubo algo que me llamó la atención poderosamente en el discurso del pasado sábado fue la foto elegida para la ocasión. En la instantánea que acompañó al Rey a su lado pudimos verle entre el Presidente del Gobierno de España saliente y el entrante. Con lo cual, y según entiendo, ha primado la imagen política antes que la de la unidad familiar. Aunque si les digo la verdad yo habría pasado de Urdangarín o los políticos y habría elegido una imagen como acompañamiento de Bob Esponja porque aunque este sea igual de “absorbente” que las otras opciones, al menos es más divertido.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…
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