Los refrigeradores son, hoy en día, el lugar más utilizado para conservar frescos nuestros alimentos. El diseño de los mismos debe buscar la eficiencia energética por encima de otros asuntos.
Sin embargo, el hecho de que este electrodoméstico esté funcionando las veinticuatro horas del día hace de él un medio poco ecológico y nos obliga a preguntarnos cómo se hacía antiguamente para mantener los alimentos en buen estado.
Si no existe una forma de recuperar esas tradiciones sin librarnos completamente de él, al menos sí podemos minimizar la utilización del refrigerador.
La diseñadora coreana Jihyun Ryou, en su proyecto "Save Food from the Fridge", se dedicó a recabar información sobre las formas tradicionales de conservar los alimentos.
Esta información, transmitida por lo general mediante la tradición oral y recogida por Jihyun Ryou de la gente mayor, los agricultores y cualquiera que estuviera interesado en la materia, ha sido trasladada por ella al plano del diseño contemporáneo mediante una serie de baldas que no solamente son hermosos motivos decorativos, sino que mantienen los alimentos frescos sin utilizar energía.
En el mundo entero se está viviendo una tendencia que pretende recuperar las tradiciones perdidas. El salto generacional que fomentó el acceso a las nuevas tecnologías también promovió un desapego de los saberes tradicionales e hizo que estos cayeran en el olvido.
Sin embargo, ahora, de la mano de las diversas crisis que vive el planeta y la consiguiente búsqueda de soluciones más accesibles y económicas, surge un importante movimiento que quiere recuperar la cultura y los conocimientos perdidos.
Al igual que desde hace años existe un auténtico furor por recuperar las tradiciones textiles y ciertas técnicas artesanales tales como el ganchillo y el patchwork, cabe pensar que, a medida que avanza la crisis del sistema, en otros sectores también aparecerá este interés por la recuperación de los conocimientos tradicionales.
La diseñadora coreana Jihyun Ryou se planteó el reto de superar nuestros excesos energéticos y de recuperar las antiguas formas de conservar los alimentos adaptándolas al diseño contemporáneo.
Mediante su proyecto "Save Food from the Fridge", Jihyun Ryou quiso recuperar los conocimientos de ancianos, agricultores y cualquier interesado en la materia para evitar meter todos los alimentos en el refrigerador y para lograr conservarlos de otras formas.
Con la información disponible, la diseñadora creó unos diseños que, según afirma, acabarán introduciéndose en la sociedad y transformando nuestros hábitos de consumo:
"Mi diseño pretende ser una herramienta para implementar estos conocimientos de forma tangible y para modificar la sociedad en general. Creo que, una vez se entrega a las personas una herramienta que haga funcionar sus mentes y requiera un esfuerzo para utilizarla, pueden crearse nuevas tradiciones y rituales que acabarán introduciéndose en nuestra cultura". Si observáramos los alimentos y modificáramos nuestra noción de la conservación de los mismos podríamos encontrar la respuesta a las actuales realidades del abuso de las energías y el derroche alimentario.Fue hablando con su abuela, que se dedicaba al cultivo de manzanas, cuando Jihyun Ryou descubrió que ciertas hortalizas tales como los pimientos, los calabacines, las berenjenas y los tomates requieren temperaturas más elevadas que las que ofrece el refrigerador, por lo que una vez se introducen en él se estropean más rápidamente.
Una forma sencilla de hacer que se mantengan frescos más tiempo es rociarlos con un poco de agua cada día, o colocarlos sobre un recipiente con un poco de agua en el fondo.
Otros métodos de conservación recuperados por la diseñadora son la introducción de las raíces en arena ligeramente húmeda o la conservación de frutas que producen etileno con patatas para prevenir que estas se reproduzcan.
Los diseños de la artista (entre los que se encuentran una balda de simbiosis entre patatas y manzanas, una bandeja con un fondo de agua para mantener la humedad de las hortalizas y unos cubos de arena donde mantener las verduras con raíces en vertical, entre otros inventos) pretenden revaluar y volver a introducir los conocimientos de los alimentos transmitidos por tradición oral.
Según ella, esta forma de conservación, mucho más cercana a la naturaleza, nos ayuda a buscar la conexión entre los distintos seres vivos: nosotros, los seres humanos, y los alimentos que consumimos.
"Como en otros muchos campos, en la actualidad hemos cedido la responsabilidad de cuidar de nuestros alimentos a la tecnología, en este caso al refrigerador", afirma Jihyun Ryou. "Hemos dejado de observar los alimentos y hemos olvidado cómo tratarlos".
Más informaciónLa diseñadora ha escrito un libro en el que recoge la información recabada durante el proyecto. Sus diseños aún se encuentran en la fase de prototipo, pero seguro que sirven de inspiración a más de uno para empezar a utilizar menos el refrigerador.
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