Paseamos por el campo en un luminoso día de primavera. Vemos junto al camino un trigal. Miramos el mar verde que forma el cultivo al extenderse sobre el horizonte y unos puntos de un color rojo vivo que contrastan con fuerza contra el verdor del trigo captan irremediablemente nuestra atención. Son amapolas. Nos acercamos y vemos que no somos lo únicos que se sienten atraídos. Las rondan abejas y otros insectos que las polinizan. ¿Cómo consiguen centrar tanto nuestra atención unas simples flores dispersas por un terreno tan amplio? ¿Cómo han evolucionado hasta ser tan efectivas consiguiendo su objetivo: la polinización? Y sobre todo, ¿cómo podemos aplicar sus conclusiones a nuestro diseño web y cuál es el valor real del diseño? Si quieren respuestas, pasen y lean.