"El disidente" nos cuenta la historia de el periodista Yamal Jashogyi (transcrito en inglés como Jamal Khashoggi) que en 2018 desapareció de una manera muy sospechosa en la embajada en Estambul de su país, Arabia Saudita, que había tenido que abandonar un año antes por sus opiniones abiertamente discrepantes con su régimen político y su familia real. Su asesinato fue confirmado unos días más tarde, acompañado de detalles escabrosos filtrados desde la prensa turca. El disidente es un documental que vincula esta muerte con el activismo político de Jashogyi y denuncia los ataques a la libertad de expresión por parte de las autoridades saudíes.
Tras dificultades para su difusión en las plataformas de vídeo por demanda dominantes en el mercado, presuntamente debidas a lo controvertido de su temática, se distribuye en España, a través de Filmin, llega "El disidente" este nuevo trabajo del norteamericano Bryan Fogel, el primero tras su Oscar en la categoría de mejor largometraje documental de 2017 por Ícaro, que investigaba el dopaje entre los deportistas rusos. Es evidente que al director le gustan los temas polémicos con ramificaciones diplomáticas y políticas y no ha dudado en esta ocasión en atreverse a difundir la teoría de la CIA, según la cual el propio príncipe heredero de la dinastía saudita, Mohammad Bin Salman, estaría implicado personalmente en el asesinato de Jashogyi.
El disidente ofrece testimonios de la prometida del comunicador asesinado, de otros periodistas exiliados de Arabia Saudita críticos con el régimen, y de la relatora de la ONU que investigó su muerte, complementados con apariciones públicas del propio Jashogyi y noticias de diversos medios en un típico ejemplo de cine periodístico.Desde el punto de vista estrictamente cinematográfico, la película resulta agradable de ver pero no consigue trascender su condición de reportaje audiovisual. Aunque es meritorio que prescinda de la manida voz en off para guiar la narración, el montaje y la posproducción no se alejan de las convenciones que podemos ver en ciertos programas televisivos. El trabajo de Fogel resulta más artesanal que autoral y parece tener como objetivo que el contenido prevalezca sobre la forma.
Y desde un análisis más periodístico se puede llegar a la misma conclusión: El disidente sería una obra tan correcta como poco innovadora. Su defensa de la libertad de expresión y su denuncia de la persecución por parte del régimen saudí a sus exiliados y detractores son rotundas y encomiables, pero la película no cuenta nada que no sepa ya cualquier espectador de Occidente con un conocimiento elemental de la situación de Oriente Medio.Fogel no profundiza, probablemente porque no es experto en el tema y es ajeno al país y a su cultura, en el funcionamiento del régimen saudí, ni tampoco explica con detalle la investigación oficial llevada a cabo por este sobre el crimen ni por qué no la considera fiable. Quedan no pocos cabos sueltos, como si se trató de un asesinato premeditado o si más bien a sus autores se les fue la mano, como parece indicar la ausencia de amenazas serias previas, si Jashogyi era un objetivo prioritario para el régimen o solo un eslabón más en una campaña para amedrentar a los disidentes, y en cualquier caso qué consecuencias ha tenido su muerte sobre este colectivo. Se pasa además de puntillas ante otros aspectos más espinosos, como los acuerdos comerciales y de compraventa de armas entre el reino saudita y las principales potencias occidentales.
En resumen, El disidente es un buen reportaje periodístico en formato cinematográfico con la noble intención de defender la libertad de expresión y fomentar el recuerdo de una persona que ha muerto por ejercerla, pero que no ofrece un análisis ni un mayor conocimiento sobre la situación política en Oriente Medio y que rehúye hablar de la complicidad de Occidente con los líderes de la región. Podría decirse que el director se ha metido en un asunto que le queda más bien grande y se ha quedado en la puerta del jardín sin adentrarse en él.
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- ##check## Lo bueno
- Prescinde de la muleta más habitual en el género, la voz en off.
Balance equilibrado entre testimonios llevados a cabo expresamente para la película y material de otras fuentes. - ##times## Lo malo
- Análisis político un tanto superficial, se nota que el autor no es experto en la materia.
Metraje un tanto excesivo teniendo en cuenta el punto anterior.
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- Puntuación Total 6 / 10
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