El doctor Pedro Cavadas apuesta por la sanidad privada

A todos nos gusta el dinero porque el dinero casi compra la felicidad. No importa que seas el barrendero del barrio o el famoso doctor que quieren entrevistar los periodistas. Barrenderos, doctores, amas y amos de casa, los inmigrantes de la patera, los turistas que se desmadran en las costas españolas… todos, absolutamente todos amamos el vil metal. Miente el que diga lo contrario. El doctor Pedro Cavadas, famoso médico especializado en la cirugía plástica y reparadora muy presente por su buen hacer profesional en los medios de comunicación, ha dejado su empleo en el hospital de Manises, un hospital público de gestión privada para sumarse al equipo del centro privado Nisa 9 d’Octubre. Nos aclaran en las noticias que el doctor Cavadas seguirá trabajando en los casos de su fundación. El pecado no podía ser completo.

Hace bien el doctor Cavadas en apostar por un mejor sueldo. Todos necesitamos ganar dinero y más necesitamos ganar cuando la fama llama a nuestra puerta y los deseos de ir a comer y a cenar a buenos restaurantes, frecuentar los cruceros, alojarnos en hoteles de cinco estrellas y vivir la vida en sus mejores platos nos asaltan. No quiero decir que el doctor Cavadas se deje llevar por esos gustos tan de nuevo millonario. Tiene este hombre en su haber trasplantes de extremidades, trasplantes de cara y auténticas virgerías dignas de aplauso. Simplemente subrayo que el ser humano se hace capitalista a la menor oportunidad de serlo.

El doctor Cavadas, igual que los aristócratas y los burgueses, acalla su conciencia con una fundación que ayuda a los pobres del Tercer Mundo y no sé si hace algo por algún pobre de las Españas, que también los hay. No sólo en el Tercer Mundo abunda la escasez para los desheredados por el el Señor Altísimo de los Cielos. Menos mal que no marcha de su hospital de toda la vida diciendo que le faltan medios para poner manos y caras nuevas. Marcha en silencio. Yo de él sería más valiente: convocaría una rueda de prensa y diría que me voy al sector sanitario totalmente privado porque me pagan más. Muchos lo comprenderíamos. Da gusto ser capitalista cuando puedes serlo.