Revista Salud y Bienestar

El dolor de anginas

Por Blogdefarmacia.com

14 El dolor de anginas

La angina no es una enfermedad grave, pero puede resultar muy dolorosa. Roja o blanca, vírica o bacteriana, la angina es una de las principales causas de consulta médica.

Los resultados los conocemos todos: estar en cama varios días, fuerte fiebre, y dolor en la garganta muy intenso, con dificultades para tragar con normalidad. Esto es a lo que se enfrentan todos aquellos que sufren una angina. Esta enfermedad es más frecuente en los niños, pero los adultos no están inmunes a padecerla también.

¿Qué es una angina?

Existen varias clases de anginas, patología definida por una inflamación de la garganta. La diferencia ente angina roja y angina blanca, que describe el color de la garganta afectada, no corresponde a dos enfermedades diferentes, puesto que una angina puede generar cualquiera de esos dos colores.

En los dos casos, se nota un dolor en la garganta que puede ser intenso, con dificultad para tragar saliva, y a menudo con dolor de cabeza. Ciertas anginas vienen acompañadas con otra serie de síntomas propios del resfriado, y hasta con vómitos.

Lo que cuenta es la diferencia entre angina vírica y angina bacteriana; primeramente porque el tratamiento no es el mismo, pero también porque una de las anginas bacterianas puede causar complicaciones graves, especialmente a nivel del corazón.

De hecho, el temor a esta última es la que motiva la prescripción casi automática de antibióticos.

¿Cuál es el tratamiento de la angina?

El tratamiento principal de la angina es el de los síntomas: medicamentos que ayudan a bajar la fiebre y disminuyen el dolor, asociados a eventuales antisépticos para la garganta.

Con esto es suficiente para superar la enfermedad. Los antibióticos no se justifican más que si la angina es de origen bacteriano, lo que es determinado fácilmente gracias a un test rápido realizado por el médico.

Si el médico prescribe antibióticos, seguid bien el tratamiento hasta el final, y no lo paréis con el pretexto de que los síntomas han desaparecido. Esto es lo peor que se puede hacer para crear bacterias resistentes.


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