Revista Opinión

El Dolor Emocional Y Sus Etapas

Publicado el 03 enero 2019 por Carlosgu82

El dolor emocional es, sin duda, el dolor más fuerte que se puede experimentar, ya que es más difícil de enfrentar que el dolor físico. Nuestras vidas pueden derrumbarse ante un dolor de este tipo, y utilizamos mecanismos para evitar y reprimir este tipo de situaciones que nos generan tanta confusión.

Este dolor, que también suele llamarse duelo, se produce cuando hay una perdida importante y significativa en nuestras vidas, y no solo está está relacionada con la muerte de un ser querido, también con el diagnóstico de alguna enfermedad, perdida de un trabajo, una ruptura de pareja, entre otros. Es difícil de manejar, y nuestra respuesta inmediata ante tal suceso es huir de lo que nos va a ocasionar, y ahí es donde nos empezamos a questionar: ¿De qué huimos?, y ¿por qué lo hacemos?

Huimos de nuestros sentimientos, de esas emociones que nos agobian y nos angustian. Huimos del dolor, de la tristeza, del llanto, de la incertidumbre, del miedo, de la soledad, y también de nuestros pensamientos, de esos que nos hacen sentir abrumados, y que nos hacen perder el control. Escapamos de nosotros mismos, y de esa manera, no logramos cerrar un ciclo en nuestras vidas, no vivimos ese duelo, y por lo tanto, nos quedamos con muchos sentimientos y pensamientos embotellados.

Vivir un duelo, es parte de la vida, es parte de cerrar ciclos, de decir adiós, de aceptar que alguien se fue, o que algo terminó. La mayor parte de los duelos a los que nos enfrentamos, quedan a medias, ya que nos negamos a aceptarlo, los dejamos abiertos, provocando que otros duelos comiencen a acumularse y se vuelvan una carga emocional pesada.

Es importante conocer las etapas del dolor emocional, para comprender en el momento que nos encontramos, y los pasos que estamos dando hacia la aceptación y el aprendizaje al que nos llevan estas situaciones tan dolorosas, se vuelve algo imprescindible, si queremos seguir avanzando, pasando página y ser flexibles ante la rigidez que nos mantiene en el sufrimiento.

La psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross en su experiencia clínica, elaboró una serie de 5 etapas en las que explica el proceso de cuando se produce la situación dolorosa, y lo que implica una pérdida significativa de cualquier tipo.

Negación

En la primera etapa, la persona vive la situación o recibe la noticia de algo que supone un gran impacto para su vida, haciendo que sea bastante difícil de asimilar. De forma consciente o inconsciente nos negamos y rechazamos la realidad de lo que supone la situación que estamos viviendo.

Este es un mecanismo de defensa completamente normal, ya que la persona al estar bajo un estado de shock, es incapaz de aceptar o admitir lo que ha sucedido, haciendo que sea muy común el pensar o decir: “Esto no me puede estar ocurriendo a mí”, “Esto no está pasando”. El sentimiento de incredulidad nos desborda.

La persona en esta etapa, difícilmente podrá razonar, así que se debe respetar su proceso, y no confrontarla.

Ira

Cuando ya no podemos evadir más de la realidad, la consecuencia es encontrarse frente a frente con el dolor. Al no no manejar bien con el dolor, se nos despierta un fuerte sentimiento de ira, que va variando de intensidad conforme la vamos transitando.

En esta etapa necesitamos entender lo sucedido y dar respuestas, pero la mayoría de las veces, no podremos obtenerlas de fuera, ni de nadie, por lo que el entendimiento ha de ser más profundo, ya que proviene de nosotros mismos; en vez de lanzar nuestra rabia hacia los demás o hacia nosotros mismos, la meditación nos ayudará a transformarla en nuestro beneficio. Y de esta manera nos abrimos a sentir la ira, en lugar de negarla, y así podemos seguimos con nuestra evolución hasta llegar a la aceptación.

Negociación
En esta etapa deseamos que las cosas fueran como lo eran antes, y hacemos todo lo posible para ello. Sin embargo, la realidad, es que en la gran mayoría de estas pérdidas ya no se puede volver atrás, y no nos queda más remedio que asumirlo y experimentar el dolor emocional que supone.
Esta etapa suele ser más breve, ya que nuestra mente no puede engañarse hasta el punto de vivir continuamente en el pasado, la realidad se va haciendo evidente paso a paso, y todas las señales nos indican que las cosas no volverán a ser exactamente como lo eran antes.

Tristeza

Aquí es donde se da un paso importante en el proceso de sobrellevar un duelo.

Nos a sucedido algo relevante e importante para nosotros, y lo normal es que estemos tristes. Esta emoción, al sentirla, nos ayuda a estar más en contacto con nosotros, a profundizar y a explorar en nuestro autoconocimiento.

El problema radica cuando nos negamos a experimentar la tristeza, y es cuando nos estamos aferrando a nuestra herida, y no dejamos marchar esta emoción para que sigan apareciendo otras en el transcurso de nuestras experiencias diarias. Si nos resistimos a experimentarla nos quedamos atrapados en ella, volviéndola crónica, y la mayoría de las depresiones vienen como consecuencia de esto.

Aceptación

La aceptación y el aprendizaje aparecen cuando ya hemos atravesado por las anteriores etapas, las cuales no tienen ningún orden y por las que podemos estar transitando durante bastante tiempo. La aceptación aparece como la culminación del proceso, en la que ya nos sentimos en paz y hemos obtenido el gran aprendizaje y desarrollo personal que nos lleva a una experiencia tan difícil, como lo es una pérdida significativa.

Para llegar hasta esta etapa, debemos tener un fuerte compromiso con nosotros mismos, con nuestro bienestar, por eso, el hecho de descuidarnos, hace que nos quedemos a mitad del proceso del dolor emocional.

Salir del dolor emocional es posible, para ello hay que vivirlo, y experimentarlo, hasta que finalmente lo convirtamos en una experiencia más de nuestras vidas.


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