Os invito a leer estas declaraciones publicadas a través de EFE en el diario 20 minutos hace ya 4 años, pero que presenta plena actualidad y con aportes muy significativos en torno al dolor menstrual y al dolor en el parto:
Acusó a los hombres de imponer el mundo masculino de fuerza sobre el femenino y dijo que esta dominación está causada, a su vez, por el miedo "al poder de la diosa de la creación". En otras culturas, el parto no cuesta tanto trabajo, es algo simple. "Es una lucha de poder. Los hombres quitaron a la partera su poder natural de ayudar a sus hermanitas, a sus hijas, a dar a luz y ahora las mujeres tienen que luchar para retomar su derecho natural de apoyar a las otras mujeres para dar a luz", sostuvo.
Cuando el mundo femenino recupere su lugar habrá equilibrio entre hombres y mujeres, aseguró Bonnet, quien durante 25 años recorrió el mundo para observar cómo se da a luz en las distintas culturas.
No hay que dominar al hombre
Aclaró, sin embargo, que no se trata de dominar al hombre, sino de que este ocupe su rol de compañero de la mujer y que la apoye, y que ambos se den la libertad que les corresponde. Bonnet recordó su primer parto, cuando tenía 23 años, como algo envuelto en una nube de temor e ignorancia, durante el cual usó la epidural, los fórceps y el parto común en el hospital, porque no conocía otras opciones.
Relató que su segundo alumbramiento fue de mellizos y a "cuatro patas", lo que rememoró como una experiencia más sencilla, natural y agradable.
Cómo queremos que nazcan nuestros hijos y cómo queremos que los reciba el mundo "En otras culturas, el parto no cuesta tanto trabajo, es algo simple", señaló. Por ello buscó a parteras basadas en la trasmisión familiar ancestral de conocimientos en México, la Amazonía, Canadá, Europa, África o la India.
Dar a luz es algo sagrado"El parto en verdad está ligado al corazón, dar a luz es algo sagrado, como hacer el amor, pero en la sociedad actual nos olvidamos", explicó. "En un mundo donde la mujer está integrada en su entorno natural, nace el bebé como un orgasmo", indicó, tras señalar que a través de las mujeres "pasa toda la energía de la vida".
Las mujeres jóvenes sienten esa fuerza que les causa "envidia y miedo", y de ahí nace la enemistad entre suegras y nueras, cuando, según explicó, no debería ser así, ya que "si tienen buenos hombres es porque su mamá ha hecho un buen trabajo". "Hay que reflexionar sobre cómo queremos que nazcan nuestros hijos y cómo queremos que los reciba el mundo", concluyó le escritora.