Revista Salud y Bienestar

El dolor infantil

Por Sramosa @sramosa

EL DOLOR INFANTIL

La doctora Pilar Terrádez de la Unidad de Pediatría Avanzada, UCV. nos habla del dolor en los niños, el dolor pediátrico, de su correcta valoración y del papel de los padres y profesionales en la correcta interpretación del mismo.


Se define el dolor como una experiencia desagradable sensorial y emocional originada en el daño real o potencial de los tejidos corporales . Esto implica que la sensación dolorosa es subjetiva, y que su intensidad depende de un componente neurofisiológico y uno emocional, que a su vez , esta determinado por el estado afectivo. Del carácter subjetivo del dolor se desprende que el grado de intensidad del mismo lo marcará el paciente, en este caso el niño.
Ante el niño debemos proporcionar una atención integral, no sólo el diagnóstico y curación de la enfermedad, además hay que prestarle el apoyo emocional, espiritual y los cuidados físicos necesarios para hacerle más llevadera su enfermedad tanto si es curable como si no lo es. Entre estos cuidados, la detección y tratamiento de las situaciones dolorosas son considerados un principio fundamental de la medicina compasiva que, sin embargo, es a menudo olvidado en los niños por razones que nada tienen que ver con la verdad científica.


Diversos estudios han demostrado que para intervenciones quirúrgicas, diagnósticas o terapéuticas dolorosas se prescribe mucha menos analgesia para los niños que para los adultos.

Factores que han contribuido a este infratratamiento del dolor incluyen el concepto erróneo de que los niños no sienten dolor, la subestimación del dolor infantil por su incapacidad para calificarlo o cuantificarlo, la creencia de que no recuerdan el dolor a largo plazo, o de que el tratamiento del dolor enmascara los síntomas de progresión de la enfermedad o complicaciones, asi como el miedo a los efectos secundarios, incluyendo depresión respiratoria, hipotensión y adicción a sedantes y analgésicos.

Valorar el dolor en el niño es una tarea difícil de realizar. El niño no transmite su dolor y que características tiene de la misma forma que un adulto.

Los padres juegan un gran papel para valorar y describir el dolor en su hijo, son los que mejor le conocen y más tiempo están con él, por lo que interpretan mejor sus gestos y su llanto.

Habrá escalas objetivas para valorar el grado e intensidad del dolor, por ejemplo un niño con taquicardia e hipertensión puede ser un paciente con dolor, tampoco hay que olvidarse del llanto, que puede considerarse un signo de dolor. Además también tenemos medios subjetivos de valoración del dolor como la expresión facial, colocación del cuerpo ( movimientos de retirada al tocarle un miembro o al mover al paciente ), gesticulación.

En el tratamiento del dolor en el niño una de las premisas fundamentales es no considerar al niño como un adulto pequeño. Es importante conocer los parámetros farmacocinéticos y farmacodinámicos del niño. Siempre para tratar hay que saber edad, peso, superficie corporal, condiciones metabólicas y patológicas. Por ello es importante administrar los fármacos para el tratamiento del dolor en la dosis e intervalo que haya recomendado el pediatra.

Como tratamientos no farmacológicos para aliviar el dolor podemos considerar técnicas para disminuir el nivel de ansiedad y el miedo, así conseguir distraer al niño, la estimulación cutánea con besos y caricias, ayudarle a relajarse y darle un refuerzo positivo verbal y de compensación posterior para estimular su capacidad para tolerar el dolor.

Para el manejo farmacológico del dolor, en general se sigue la escala analgésica según la intensidad del dolor de la OMS.

Propone para el dolor leve analgésicos no opiáceos , para el moderado, analgésicos opiáceos suaves asociados o no a antiinflamatorios no esteroideos , por último para el dolor intenso y grave opiáceos fuertes. Como primer escalón en el tratamiento tenemos el Paracetamol y el Ibuprofeno ampliamente conocido y utilizado por profesionales y por los padres. De todos es conocido que este primer escalón pueden y deben usarlo los padres, pero también hay que informar que no debe hacerse uso indiscriminado y crónico , y que si tienen efectos secundarios si se usa de forma crónica.

Para concluir, en los neonatos se utiliza sacarosa y glucosa como intervención no farmacológica contra el dolor con o sin succión no nutritiva ( uso de un chupete) Ha demostrado su utilidad como analgésico para la vacunación en niños de 2 a 6 meses .

FACTORES QUE INFLUYEN EN LA INFRAVALORACION DEL TRATAMIENTO DEL DOLOR INFANTIL
  • La subestimación del dolor infantil
  • La creencia de que los niños no recuerdan el dolor a largo plazo
  • El tratamiento del dolor enmascara los síntomas de progresión de la enfermedad o complicaciones
  • El miedo a los efectos secundarios, incluyendo depresión respiratoria, hipotensión y adicción a sedantes y analgésicos.

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