Revista Belleza
¿Por qué solemos valorar las cosas cuando ya no las tenemos?Estamos tan acostumbradas a pasa por alto los pequeños detalles, los goces cotidianos, que nos cuesta apreciar nuestra vida con plenitud.
Pero creo que podemos recuperar esa pasión que demostrábamos todas de niñas… creo que, solo tenemos que aprender a mirar de otra manera.
Nuestra vida es una sucesión ininterrumpida de momentos, situaciones que se dan ahora, aquí, en el presente. Y una vez pasados, se nos acumulan en forma de recuerdos, esa es la suma de nuestra experiencia vital.
Yo, considero que la vida está llena de grandes acontecimientos: mi primer trabajo, mi primer beso, cuando tuve a mi primer hijo… pero en realidad la mayoría de nuestros momentos son pequeños y cotidianos: levarnos por la mañana, ir al trabajo, comer, beber, quedar con los amigos, hablar con nuestros padres y hermanos, abrigarnos cuando hace frio, ese día de playa con una amiga… y pasan sin darnos cuenta, la rutina desdibuja nuestros días y tal como transcurren, desaparecen!!!!.
El día a día se parece tanto uno a otro que nuestra atención pasa por alto lo que nos sucede.
Vivimos esperando los grandes momentos, aquellos que creemos que marcan nuestras historia personal, que nos hacen felices… y en esa espera se nos escapa parte de nuestra vida. ¿Por qué esperamos el gran momento?¿Por qué no convertimos esas pequeñas cosas del quehacer cotidiano en una sucesión ininterrumpida de momentos extraordinarios?
Reflexión¿Cuánto tiempo podemos vivir sin oro, dinero…?Y, ¿Cuánto sin aire?
Sin embargo, “valoramos lo primero por encima de lo segundo”. Si estuviéramos unos minutos sin aire y nos ofrecieran todo el oro del mundo y un poquito de oxigeno, ¿Qué creéis que escogeríamos?...
La buena noticia es que si aprendemos a valorar lo que tenemos, podremos disfrutar más de la vida… Caty Soler