La polémica de la semana relaciona al Barcelona, sus victorias y el dopaje, y para desenredar el enredo la UEFA no ha tenido mejor idea que pasar control sorpresa de orina a diez jugadores blaugranas. Así, por las buenas, para que se frenen las especulaciones. También se habló en su momento de las papillas del Sevilla y Eufemiano Fuentes y sus técnicas ilegales que salpican a varias disciplinas deportivas.
No me quiero meter en terrenos pantanosos, pero no quiero perder de vista el “dopaje de élite”. Me refiero a todo aquello que ayuda al rendimiento y que no son precisamente sustancias, medicinas ni drogas. La horquilla va desde el cuidado de la alimentación hasta las mejoras técnicas de los pudientes.
Hablo de élite porque este tipo de ayudas al rendimiento sólo se lo pueden permitir los presupuestos más importantes del deporte. No todos los equipos se pueden permitir tener un cocinero o un dietista que trabaje junto al médico en controlar todas las vitaminas, proteínas, grasas y líquidos que toman sus deportistas. De la misma manera que no todos los clubes pueden tener un gimnasio con las últimas tecnologías.
Hace a penas un año se acusaba a Fabian Cancellara, el ciclista, de usar un pequeño motor en su bicicleta que le ayudaba a distanciarse de sus rivales. Sin embargo, se trata de un estudio de ingeniería de los rodamientos que reduce hasta en un 95% los rozamientos en carrera. Rodamientos engrasados por un aceite de composición secreto que varía según la temperatura y la humedad.
Para poder tener esta técnica en su bicicleta, Cacellara debe estar acompañado en las grandes vueltas por su ingeniero, y es capaz de arañar más de dos segundos por kilómetro, unas cifras que en la competición contra el crono le hace estar intratable.
¿Podemos hablar de “dopaje de élite” o “dopaje tecnológico”? Está claro que no todas las escuadras pueden permitirse llevar un ingeniero en su plantilla y pagar un sistema que cuesta más de 1000 euros por bicicleta. Otra lectura es saber si realmente un deportista es mejor gracias a estos avances o si Cancellara ganaría la contrarreloj con cualquier bicicleta gracias a sus condiciones físicas y su preparación.
¿Rafa Nadal juega mejor porque tiene una raqueta superior al resto? Vaya usted a saber. Parece que Nadal es capaz de ganar a cualquier tenista incluso asiendo una pala de playa. Está claro que cada vez se intenta avanzar más con la tecnología para ir superando marcas. Los bañadores inteligentes, las mejoras en las motos y los coches de competición, incluso dice que los balones en los mundiales y grandes competiciones tienen una construcción especial para evitar efectos, botes raros y propiciar el mejor juego, aunque luego se cargue contra ellos como pasó con el Jabulani.
¿Deberían reglar todo lo que rodea al deporte de élite o seguir permitiendo que quienes más tienen se distancien del resto y se abran brechas insuperables? Algo tienen que hacer las federaciones internacionales para que no se les vaya de las manos.