Esta claro que donde hay intención y un poco de talento, no importan ni los metros cuadrados, ni cómo es el espacio, porque lo que es prácticamente una caja de zapatos puede convertirse en un coqueto piso para una persona.
¿Qué hay que hacer sacrificios cuando se elige vivir en un piso de 27 m²? ¡por supuesto! muchos, diría yo, sobre todo a la hora de coleccionar objetos personales, ropa y libros, pero a veces la situación o el precio, en algunas etapas de nuestra vida los compensa.
En este mini piso uno de los sacrificios es tener que dormir en el pasillo, literalmente hablando, ya que la cama se ha colocado en un amplio hueco del pasillo, una solución algo extraña a priori, pero bien pensada al haber colocado la cama sobre un armario bajo, en el que almacenar todo tipo de artículos y aprovechar así un espacio que de otra forma sólo habría servido para un armario sin más. ¿Qué os parece? ¡Feliz martes!
Vía: 55kvadrat