Revista Opinión
Hoy ha sido el tema del día. Osama ha caído. Y aunque pienso que no es motivo de alegría la muerte de ningún ser humano. Me cuesta no percibir su muerte con alivio. Me recuerda aquel dicho "quién a hierro mata, a hierro muere", hay algo de justicia en que muera de forma violenta el que tanta muerte inocente ha causado. Además, según parece, tuvo más oportunidad que muchos de los que hay muerto por su culpa, cobardemente asesinados por terroristas sin entrañas. A él le dieron la oportunidad de rendirse, se lo avisaron.En Twitter hoy ha habido un trending topic curioso (aparte del inevitable Bin Laden). Una polémica entre ese adalid de la moralidad progre, del periodismo demagogo y partidista que es Ignacio Escolar, y el periodista Isaac Jiménez, ha derivado en una cascada de tuits contra @iescolar y la secta de fanboys descerebrados que le siguen. En particular cuando confundió a @isaacj con un hijo de Federico Jiménez Losantos (la bestia parda del mundillo progre). A partir de ahí, el cachondeo no ha parado en #estercolarfacts, topic que define muy bien al individuo y sus seguidores. El motivo ya pueden imaginarlo, a Escolar le fastidia que hayan matado a Bin Laden, es que los americanos son unos desalmados, y se ha puesto en un nivel moral muy superior a todos los que no estén de acuerdo con él. Después de las barbaridades que se leen en sus artículos y en el estercolero de sus comentaristas más acérrimos, resulta hipócrita y repugnante esa pose. Pero allá él. Yo por mi parte soy de los que hubiera preferido que lo pillaran y verlo sentado en un tribunal, más educativo y más justo. Pero no voy a levantar una voz contra nadie por el desenlace. También me hubiera gustado ver a Hitler, a Stalin, a Mao, Chavez, Musolini y tantos otros, pudrirse en la cárcel, para que tuvieran la oportunidad de tomar conciencia del horror que causaron. Creo que es mejor castigo, la muerte puede esperar y es una prerrogativa que no deberíamos tomar a la ligera.