El Dos de Mayo más descafeinado para Ayuso.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la entrega de las Grandes Cruces de la Orden del 2 de Mayo.

Ni el presidente nacional del PP ni ningún cargo pesado de Génova acompañaron ayer a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Un plantón que los dirigentes del partido excusan en la campaña catalana. Sí estuvo el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y el delegado del Gobierno, Francisco Martín Aguirre. Pero fuentes del entorno de la presidenta madrileña aseguran que el acto transcurrió con normalidad y cordialidad, al recordar que la relación entre Ayuso y Víctor Torres es “buena” porque ambos coincidieron como presidentes autonómicos. Torres fue jefe del Ejecutivo canario.

Claro que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, se refirió a Sánchez como “el señor del bulo” y avisó al presidente del Gobierno: “Que no cuente ni con Madrid ni con los madrileños” para su plan de regeneración democrática. Almeida, quien se había hecho eco en el ayuntamiento de Madrid del bulo del viaje de Sánchez a Doñana, evitó rectificar. Por su parte, los socialistas Juan Lobato y Reyes Maroto —líderes a nivel autonómico y municipal— defendieron a Sánchez de las críticas del PP. Maroto se reveló contra los “pseudomedios” y acusó a Almeida de verter “bulos y mentiras” sobre ella.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, reivindicó, durante el acto, que lo que pasa “en Madrid resuena en toda España”, lo que es su “orgullo” y su “responsabilidad”, y recordó que España nunca permaneció “sumisa y sometida”. “Antes, durante y después de aquel mayo de 1808, lo que pasa en Madrid resuena en toda España, es nuestro orgullo y nuestra responsabilidad. Por eso trabajamos cada día por ser dignos de aquel testigo que hoy tenemos en nuestras manos, y por dejarles a nuestros herederos, un Madrid y una España tan valientes y amantes de la libertad como los de aquellos héroes que aún nos siguen inspirando”, defendió durante su intervención en la Real Casa de Correos, ante 650 invitados.

El acto tuvo un perfil político mucho más bajo que en anteriores ediciones, especialmente la del año pasado, en la que la tensión con el Gobierno resultó en que se impidiese subir a la tribuna para la parada militar al ministro de presidencia, Félix Bolaños. En esta ocasión, “Ayuso quiso participar del debate abierto por el presidente del Gobierno. Lo hizo de forma velada, pero cargada de intención, con su discurso institucional”. La presidenta de la Comunidad de Madrid hizo a su manera una defensa de la “prensa libre” —cabe recordar que su jefe de Gabinete amenazó a una periodista de elDiario.es con “triturar” su medio de comunicación y difundió vuelos e imágenes de dos periodistas de El País—, la Corona y la Transición. Además, el auditorio arrancó en aplausos cuando una de las premiadas, la periodista Pilar Cernuda, criticó la ofensiva del Gobierno contra los bulos por provocar que “los periodistas y jueces seamos demonizados y poco menos que responsables de que desaparezca la democracia en España”.