Revista Sociedad

El Dr. Marot indica cuáles son los 5 medicamentos que arruinan el deseo sexual

Publicado el 02 febrero 2018 por Comunicae @comunicae

El Dr. Guillermo Marot es un médico especializado en disfunciones sexuales, más específicamente en eyaculación precoz y disfunción eréctil. El Dr. Marot posee su consultorio en la ciudad de Rosario, Argentina, pero gracias a la incorporación de las nuevas tecnologías al servicio de la atención médica, atiende consultas provenientes de todas las provincias y ciudades argentinas y países de habla hispana alrededor del mundo.

El Dr. Marot advierte que existen ciertos medicamentos que pueden interferir o hasta suprimir totalmente el deseo y la excitación sexual. Esto es así, ya que para que se produzca la excitación sexual, deben intervenir ciertas hormonas, como la testosterona y algunos químicos que produce el cerebro como la dopamina y la serotonina. Cuando una persona ingiere un medicamento que interfiere o suprime la producción de los mencionados químicos y hormonas, indefectiblemente verá afectado su deseo sexual.

Para comenzar, el Dr. Marot menciona a los antidepresivos. Estos elevan los niveles de serotonina en los pacientes con el objeto de que éstos se sientan mejor, pero como contrapartida tienen efectos secundarios, consistentes en la disminución de la líbido, dificultad para lograr un orgasmo y por ende disfunción eréctil. Se estima que entre el 17 y 41% de los pacientes que ingieren antidepresivos padecen disfunciones sexuales.

Otro medicamento que puede interferir en el deseo sexual es el anticonceptivo. Las pastillas anticonceptivas pueden alterar el deseo sexual disminuyendo las hormonas sexuales como la testosterona, y si bien no es muy frecuente, puede ocurrir en algunas mujeres. Incluso, existen algunos fármacos que pueden alterar las hormonas que producen el deseo sexual en los hombres.

Otros medicamentos que afectan seriamente la vida sexual son aquellos prescriptos contra la hipertensión, y los indicados para enfermedades cardíacas como la arritmia. En el caso de los antihipertensivos, por ejemplo, los betabloqueadores deprimen el sistema nervioso central. Esto produce la disminución del flujo sanguíneo que va hacia los genitales, afectando seriamente la líbido y la posibilidad de mantener relaciones sexuales plenas.

Los medicamentos indicados contra la epilepsia, denominados antiepilécticos, también producen la disminución o supresión del deseo sexual. Estos fármacos actúan amortiguando los impulsos nerviosos, e incluso se prescriben para tratar el trastorno bipolar. Sucede que inhiben la líbido y por ende dificultan la producción de orgasmos.

Por último, los relajantes musculares también pueden inhibir el clímax en quien los ingiere. Los relajantes musculares tienen efectos antiinflamatorios y analgésicos, pero pueden traer aparejados trastornos para la vida sexual de las personas.

Un dato que sorprende es que incluso algunos analgésicos ingeridos muy frecuentemente por las personas, como la aspirina o el ibuprofeno, pueden conllevar trastornos sexuales. Se ha evidenciado una tendencia a sufrir trastornos sexuales en algunos pacientes que ingerían 5 veces a la semana o más alguno de los mencionados analgésicos, en comparación con aquellas personas que no ingerían dichos medicamentos con asiduidad.


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