Al propiciar las primarias que enfrentan a Tomás Gómez y a Trinidad Jiménez, Zapatero ha cometido, probablemente, su mayor error político desde que asumió el poder en el PSOE al permitir a los militantes socialistas que ejerzan contra él una venganza democrática derrotando estrepitosamente a la actual ministra de sanidad.
Rubalcaba, que es listo como el hambre, ha dado en el clavo al decir que "El mayor activo de Gómez es ser el hombre que ha dicho no a Zapatero". Sin querer, ha reconocido que la oposición a Zapatero es la única tarea noble y humanitaria que puede desarrollar un socialista honrado en el presente.
La derrota de Trinidad Jiménez será la derrota de Zapatero. Los militantes socialistas de toda España lo saben y se disponen a dar a Zapatero una portentosa y merecida patada, justo en el trasero de la ministra.
Conscientes de que está hundiendo el socialismo para las próximas décadas y de que su mal gobierno está arruinando y destruyendo a España, los militantes socialistas, impotentes para abofetear al poderoso" líder" que ocupa la Moncloa, pueden hacerlo ahora, de manera efectiva y democrática, humillando a su candidata.
Es más que probable que la rebelión de los socialistas de Madrid contra Zapatero sea el principio del fin del peor líder que ha tenido el socialismo español desde la guerra civil, un tipo que dejará al partido hecho unos zorros y tan desprestigiado e incapacitado que difícilmente podrá regresar al gobierno en muchas décadas.
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