En la comarca de Caracena, provincia de Soria, se encuentra la localidad de Tarancueña, integrada en el municipio de Retortillo de Soria. Ya en el censo de 1787, ordenado por el Conde de Floridablanca, figura como lugar del partido de Caracena, bajo la autoridad del alcalde Pedáneo nombrado, seguramente, por Andrés Manuel Alonso Pacheco, VII Duque de Uceda.
Al adentrarme en la historia de estos lugares, y en Caracena, encuentro referencias a los símbolos y alegorías que pueden apreciarse en los arcos de su iglesia y que, a buen seguro es conocedor mi buen amigo Manuel Gila, gran estudioso del románico.
Lo cierto es que, en Tarancueña, una localidad que no llega a la veintena de almas, se suscita a finales del siglo XIX la leyenda del duende. Una "Dama Blanca", comienza a pasearse por la casa de un matrimonio a raiz del nacimiento de su primogénito. Parece que es sólo la madre la que puede verla, aunque no escapan para nadie todos los efectos que conlleva el hecho: velas que se apagan y se encienden, ruidos y otros efectos, así como, el hallazgo repetido del bebé fuera de su cuna, en el suelo, que aparece arropado y durmiendo plácidamente. La leyenda, no olvidemos que es una especie de cuento que sirve para explicar un hecho, va engordando a medida que llega a más gente. Cuentan que, tiempo después, estando en la cocina la madre con unas vecinas, todas pudieron ver cómo se movía aquella misteriosa dama por una estancia aneja. También el marido puede llegar a verla y, cada vez más gente, va dando fe, conforme señalan los cronistas, de las apariciones.
Un sacerdote bendice la casa para expulsar al duende, pero los fenómenos no cesan.
Dicen que cuando aquella familia se traslada a otro pueblo, en el momento de despedirse de los vecinos, alguien advierte que falta un cedazo, y antes de que nadie entre a buscarlo, se oye una voz que desde arriba dice: "ya lo bajo yo". Y todos salieron corriendo, aunque volvieron a recoger la pieza.
Algún misterio más reúne esta curiosa leyenda que arranca con el nacimiento de aquel niño en enero de 1883 y que, al parecer, siguió manifestándose en algunas de sus celebraciones familiares.
De la sección La Madeja, para Diario Palentino - 2017
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