Hay momentos en la vida de un profesor que resucitan el poeta que llevamos dentro. Son momentos provocados, misteriosos, que hacen presagiar milagros infinitos. Gracias, Valeria.
El duende de Lorca
Es capaz de hacerte perder el juicio,
de pensar si alguna vez llegaste a tenerlo,
a cómo hacer para conservarlo,
para que no te devore las entrañas
y ojos de loca no mire por encima del hombro.
Para algunos es voz,
otros perciben fantasma que tortura,
Lorca llevaba un duende siempre en su nuca.
Yo, yo lo llevo dentro
y sube y baja
como,
cuando
y donde quiere.
Me susurra letras y tenemos conversaciones elevadas de tono.
Luna, lluvia y púrpura
ante mis ojos despiertos,
solo ven y solo puedo oler sangre.
Pellizca, tienta y ojo como
no lo apuntes rápido en el folio controversial.
Pérdida de cabeza,
pérdidas en tiempo y en un cuerpo.
Sal,
déjame,
yo no te pedí salir,
yo no pedí tu existencia,
pero sé con certeza
que el día que marche
hacia el atardecer tardío,
mi alma y mi suspiro
se llevará consigo.
Valeria García, alumna de 2º de Bachillerato del IES Miralbueno