El río Ebro ha mostrado su poderío haciendo estragos entre los pueblos de su ribera. Pero con su riada extraordinaria ha conseguido que todos volvamos la mirada hacia allí y comprendamos que a la naturaleza no se le puede doblegar. La ribera del Ebro se ha llenado como nunca con el terrible espectáculo.
Porque el fuego se puede apagar con agua, pero quien es capaz de pararla.