Eclecticismo (arquitectura), tendencia arquitectónica caracterizada por la recuperación y la reelaboración de modelos estilísticos del pasado o propios de civilizaciones exóticas, principalmente orientales y árabes. El término se usa para nombrar las manifestaciones orientadas en este sentido en distintas épocas y distintos artistas; se refiere también a la corriente arquitectónica desarrollada en algunos países occidentales entre el final del siglo XVIII y los inicios del siglo XX, con periodos alternos de crisis y esplendor.
2 DESARROLLO HISTÓRICO
Desde finales del siglo XVIII la producción arquitectónica europea acogió sugerencias artísticas de algunos estilos del pasado, manipulándolos con cierta libertad. Comenzaron a consolidarse los estilos neogótico, neorrenacentista y neobarroco (inspirados, respectivamente, en los estilos gótico, renacentista y barroco), elaborados a veces a partir de un atento análisis de los monumentos antiguos, aunque, más comúnmente, la observación fuera más superficial, recogiendo únicamente los aspectos más sugerentes.También el arte de los países lejanos y de las civilizaciones del pasado constituyó un modelo para los arquitectos; el deseo de exotismo, acompañado de las campañas coloniales, se tradujo en la aplicación, muchas veces de manera arbitraria, de formas egipcias, asirias, griegas, romanas, árabes o indias, a construcciones que denominaban con el término que las calificaba precedido del prefijo neo-. Se extendió también la costumbre de decorar salas enteras según un estilo diferente, debiendo los maestros artesanos aprender esos estilos, lo cual, en cierto modo, favoreció el desarrollo del artesanado artístico.Desde un punto de vista teórico y crítico, los intérpretes de la corriente ecléctica rechazaron el concepto académico de belleza absoluta, apartándose, por tanto, de la rígida aplicación de normas codificadas. Los distintos lenguajes adquiridos fueron reelaborados según el gusto del arquitecto, en consonancia con la cultura romántica, que desde el inicio del siglo XIX interesó en todos los campos artísticos.En un principio la tendencia ecléctica se impuso sobre todo en la creación de construcciones efímeras para fiestas y grandes eventos; encontró por lo tanto expresión en la decoración y en la arquitectura de los jardines, que muchas veces se organizaban en sectores correspondientes a distintos ambientes estilísticos y geográficos, con templetes orientalizantes o griegos, quioscos indios, etc.3 EL ECLECTICISMO EN INGLATERRA
Hacia finales del siglo XVIII, Inglaterra fue uno de los primeros países europeos donde se desarrollaron, por un lado, la curiosidad y el interés por lo exótico, y por otro, la tendencia a la contaminación entre los distintos estilos del pasado. Esta corriente se manifestó en primer lugar en los jardines, ya caracterizados por un gusto pintoresco. La arquitectura residencial recibió una fuerte influencia del neogótico, que llegó a ser el estilo nacional durante la época victoriana. James Wyatt fue uno de los pioneros del gothic revival, con su intervención entre 1796 y 1807 en la abadía de Fonthill, en Wiltshire (actualmente destruida). Durante los años siguientes la moda se difundió enormemente, alcanzando edificios religiosos, casas de campo y edificios públicos.Entre los edificios eclécticos ingleses más importantes que se han conservado destacan el neogótico Parlamento de Londres, realizado entre 1840 y 1860 por Charles Barry y Augustus Welby Pugin, y el Royal Pavilion de Brighton, construido entre 1815 y 1823 por John Nash, siguiendo diversos estilos orientalizantes.4 LA ARQUITECTURA ECLÉCTICA EN FRANCIA
También en Francia la arquitectura ecléctica propuso modelos neogóticos, ayudada por la Commission des Monuments Historiques, que promovió la restauración de edificios medievales. Entre 1858 y 1867 Eugène Viollet-le-Duc realizó profundas reestructuraciones en estilo neogótico en el castillo de Pierrefonds, en los alrededores de París. También intervino en la catedral de Notre Dame (a la que añadió el chapitel sobre el crucero), en la abadía de Saint-Denis y en la catedral de Amiens.También tuvo gran importancia en Francia el estilo neobarroco, espléndidamente representado por la Ópera de París (1861-1875), construida por Jean Louis Charles Garnier.5 EL ECLECTICISMO EN ALEMANIA
La personalidad más significativa del eclecticismo alemán fue el arquitecto Gottfried Semper, quien recogió elementos de la arquitectura del renacimiento italiano para su teatro de la Ópera en Dresde (1838-1841); asimismo, en la sinagoga de esta misma ciudad incluyó elementos lombardos y árabes.6 EL ECLECTICISMO EN ITALIA
En la Italia del Risorgimento, la exigencia de crear un estilo nacional que superase los regionalismos llevó a la afirmación de un lenguaje monumental, para el que fueron reelaborados los modelos constructivos de la antigua Roma, o bien los elementos estilísticos de la Italia del cinquecento.El estilo ecléctico tuvo uno de sus más precoces intérpretes en Giovanni Battista Piranesi, quien, en los grabados publicados en 1769 con el título Diverse maniere di adornare i camini e ogni altra parte degli edifici, reveló un profundo conocimiento del arte antiguo. Entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX, la corriente ecléctica en la arquitectura italiana tuvo otros exponentes de primer orden, como Giuseppe Jappelli (Caffè Pedrocchi, Padua), Pietro Estense Selvatico (fachada de San Pietro en Trento), Carlo Maciachini (cementerio municipal, Milán), Camillo Boito, Gino Coppedè, Luca Beltrami, Ruggero Berlam (sinagoga de Trieste), los hermanos Bagatti Valsecchi (Palazzo Bagatti Valsecchi, Milán) y Giuseppe Sacconi (monumento a Víctor Manuel II, Roma).7 EL ECLECTICISMO EN ESPAÑA
En España destacaron arquitectos como Antonio Martorell, Lluís Domènech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch, Josep Vilaseca i Casanovas e incluso Antoni Gaudí, caracterizados por el empleo de elementos historicistas en sus construcciones. La Exposición Universal de Barcelona de 1888 supuso la creación de un gran conjunto de arquitectura eclecticista; de entre las construcciones que se conservan destacan el Arco de Triunfo, de Vilaseca, y el café restaurante, obra de Domènech. Se realizaron también numerosas construcciones públicas, como ayuntamientos, diputaciones o ministerios, además de otra serie de edificios destinados a la burguesía, como teatros y casinos.