Revista Educación

El educador en busca de sentido

Por Jonasdavid
Si quisiera sintetizar lo máximo las ideas y la actitud que puede sacar a cualquier persona de su situación de conflicto o carencia, me atrevería a convocar sólo estas dos: motivación y voluntad. 
Cualquiera que hiciera cierta introspección diría que no es poco. Es cierto. Quien cuenta con el anhelo y la intención inmediatamente convoca una serie de recursos impersonales que vienen a través de uno mismo mismo. Sin embargo, esto es todo lo que necesito transmitir individualmente para que se revele el reconocimiento de un potencial interno, que se mantiene oculto mientras no hemos descubierto que el hecho de alcanzar cualquier meta bascula entre estas dos ideas. 
Lo primero que hago al presentar a los chavales estas dos ideas, es explicar que en realidad son un solo y único estado de ánimo. Les presento la imagen de un guerrero; alguien que está en una situación quizá imposible de resolver, y que aparentemente el hecho de superarla no depende sólo de él. Y pongo ejemplos de personajes famosos o de personas comunes que trascendieron una circunstancia muy muy difícil. Me gusta poner el ejemplo de sus madres solteras, o los amigos que lograron salir adelante más allá de los obstáculos de su  situación personal. Hay tantos ejemplos que el ejercicio es tan fácil que es infalible. No hay nadie que no haya superado un problema existencial sin echar mano de estas actitudes; la mayoría de veces es de forma inconsciente, pero cuando esto se convierte en una estrategia voluntaria no hay prácticamente nada que se interponga en nuestro camino de crecimiento personal. 
Creo firmemente que hay que enseñar muy poco, y que sea de un contenido profundo y universal. O nos sirve a todos, o no sirve de nada. Esta tendencia intransigente atrapa la atención de los jóvenes porque quieren soluciones y formas de pensamientos radicales, atrevidos y creativos. Si les vas con rollos moralistas les resulta insulso. Eso lo sabemos todos. Cuanto más enfocamos nuestra atención sobre la forma -el continente, en vez de sobre el contenido (el valor, la actitud, la idea) más manipulable es lo que ofrecemos y menos pragmático resulta en cuanto al tiempo útil y los contextos aplicables. 
Por supuesto nosotros como educadores debemos ser un ejemplo vivo de entusiasmo creciente y intención inflexible. Si queremos enseñar que es posible encarar cualquier situación con proactividad, no nos vamos a acobardar frente a un desafío, no vamos a desistir a la cuarta intentona. Ponemos un objetivo, desarrollamos una estrategia y vamos a por ello con confianza plena. Podemos titubear, se trata de mostrarnos humanos pero audaces. Sensibles a la corrección del camino elegido para cumplir nuestro propósito: nos mostramos convencidos mas actuamos con la apertura mental necesaria para aceptar la enseñanza vital que redirige el rumbo hacia cada destino. Y sobretodo, disponemos de la paciencia que da la convicción de saber qué es lo que queremos. 
Cuando enseño este estado de ánimo guerrero, de buenas a primeras confronto con una idea muy simple: Sabes lo que quieres? entonces qué haces para conseguirlo? La respuesta es autoevidente: si te mantienes motivado es que realmente lo quieres, si no, quizá es que no sea lo que quieras. Entonces propongo un plan: Trabajemos juntos para saber qué es lo que quieres de veras, por lo que estás dispuesto a luchar contra ti mism@, contra tus debilidades: la indulgencia, la falta de disciplina, los miedos, la culpa, la irresponsabilidad. Cualquier impedimento que surja puedes demolerlo con motivación para aprender y voluntad para trabajar. Sí es mucho! Ahora quizá no tengas ni un ápice de esto pero... tienes ganas de tener ganas? quisieras querer poder?
Dime sinceramente, ¿cómo crees que lo logran los que lo logran? No son mejores que tú. Sólo necesito que sepas lo que te gusta de verdad y que quieras hacerlo. No se trata de que seas el mejor, ni de que seas famoso ni rico. Se trata de que te entusiasme lo que haces, y que por lo tanto estés motivado en aprender como hacerlo y hacerlo bien. Se trata de que seas feliz. Mírame: ves? hago lo que me entusiasma, por eso no me desmotivo aunque a veces no sepa hacerlo. Estoy dispuesto a aprender de ti; lo que más me interesa es como enseñarte lo que tu quieres aprender de verdad. Eso es lo que a mi me hace feliz.
El educador en busca de sentido

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