El efecto aeronáutico en Sevilla

El blog de Javier Irastorza merece muy mucho la pena, un sitio muy amigable, una temática variada girando eso sí en torno al mundillo aeronáutico y sobre todo, artículos que se nota que tienen rigor y trabajo tras de sí.

Allí es donde he descubierto este interesante estudio sobre el impacto que tiene la industria aeronáutica en la ciudad europea por excelencia en el sector, Toulouse. Recomiendo su lectura porque es corto y directo, pero en resumen, lo que hace Javier es extrapolar unos multiplicadores obtenidos en USA, para poder hallar la cantidad de empleo indirecto e inducido que un puesto de trabajo directo de Airbus o EADS genera en la ciudad. Para que no nos perdamos en la terminología, empleo indirecto se considera al generado para soportar los servicios básicos de la industria, mientras que empleo inducido es aquél que se genera por efecto multiplicador (directos o indirectos, tendrán que comer, repostar combustible en sus vehículos, pagar alquileres, ir al cine, de tapas, etc.).

Insisto en leer dicho artículo, pero de momento tomo prestada la cifra final: cada empleo directo genera 1,9 indirectos y 1,5 inducidos, por lo que en total, un 9% de la población de Toulouse (1 millón en el área metropolitana, similar a Sevilla) depende del sector aeronáutico.

La primera tentación, por supuesto, es trasladar los datos a Sevilla y hacer el mismo cálculo. Sin embargo, y por enredar un poco más, he intentado buscar los multiplicadores correctos para esta ciudad. Resulta que el Departamento de Teoría Económica y Economía Política de la Universidad de Sevilla ya ha hecho este trabajo, por lo que sería ya imperdonable no detenerse a hacer un par de cuentas.

Según el estudio anterior, un empleo directo en Sevilla genera 0,93 empleos indirectos y 0,62 inducidos (la diferencia con EE.UU. es más que apreciable). Según la Fundación Hélice, en Sevilla hay 5970 empleos directos, por lo que el empleo total (directo, indirecto e inducido) que genera el sector aeronáutico en la ciudad es de 15.223 personas. El 1,5% de la población del área metropolitana de Sevilla.

Probablemente esta pobre cifra sea una de las razones más importantes por las cuales el sector es conocido en la ciudad, pero con muy poco calado (muchos de los sevillanos ignoran que en Sevilla se ensambla el A400M, o ni siquiera que aproximadamente cada 10 días un nuevo avión salido de la factoría de San Pablo realiza su primer vuelo).

La razón por la que los multiplicadores son tan bajos (sobre todo, el inducido) estriba en lo que la Teoría Económica estudia como un principio basado en el aislamiento, que dice que una industria o actividad realizada en una localización geográficamente aislada tiene una capacidad de crecimiento mucho menor. Las industrias agrupadas incrementan la competencia y por tanto la productividad cuando son del mismo subsector, las sinergias cuando pertenecen a subsectores distintos, atraen al personal con mejor formación y aglutinan a los proveedores de capital. Y aunque es verdad que como dice Thomas L. Friedman, nos estamos globalizando y a estas alturas El mundo es plano, Andalucía sigue estando lejos de tener una industria fuerte y la situación geográfica relativa respecto de Europa tiene un peso no desdeñable. Favorecer el tejido industrial es algo que sin duda, le viene bien a esta región, porque para moverla de sitio lo vamos a tener algo más complicado.