Estamos preocupados por las nuevas facetas del carácter del peque. Como ya he comentado, la busqueda de su autonomía y el afianzamiento de su personalidad nos están trayendo de cabeza. Estamos hablando mucho sobre la manera de tratarlo mejor, intentado entender porqué lo hace, y buscando formas de corregirlo sin que sean traumáticas. O al menos sin que las recuerde toda su vida.
Una de las cosas en las que estamos de acuerdo es en no usar el castigo fisico o psicológico. El uso del bofetón o el cachete para mí no está justificado, salvo ufff, no sé, algo gordísimo, como que esté en plena rabieta y quiera cruzar una calle, y quieras conseguir un efecto inmediato. Pero aún así, creo que intentaría alguna otra cosa antes. A mí me educaron bajo el yugo de el bofeton ,el cachete y el castigo, y creo que no es la forma adecuada de criar y además, marca para siempre.
Anoche hablaba con mi madre por teléfono, ella me dá sus puntos de vista, son diferentes, y me sirven para encontrar un término medio. Salió en la conversación, según mi madre, la única rabieta gorda que he tenido. Al parecer quería montar en un caballito de esos que echas una moneda y se mueve, y ella tenía que entrar a comprar en el mercado. Quizás tenía prisa, estaba nerviosa, yo llevaba un día muy malo...el caso es que me dió un cachete en el culete. Ella dice que yo no era muy mayor, que quizás cuatro o cinco años...y es curioso, ¡me acuerdo perfectamente!!! Es algo que no se me ha olvidado nunca...aquella humillación, el dolor, que mi madre me pegara, (la verdad que pocas veces lo hizo ella...), debió ser algo que me marcó, porque ya os digo que lo recuerdo como si fuera ayer.
Creo en una educación basada en el respeto, en el ejemplo, en la comprensión, lo que pasa que a estas edades tan tempranas es dificil que entiendan algo rápido. Intentamos que las cosas sean como un juego para él y que casi sin darse cuenta entienda lo que está bien y lo que está mal, cuales son las consecuencias de sus actos, como comportarse ante determinadas situaciones.
Aún así tengo que reconocer que estamos muy perdidos, no hemos visto ejemplos en la familia que nos permitan reconocer cuál es el camino correcto, y aquí estamos basándonos en la intuición o en nuestro sentido común...en nuestro criterio. Estoy segura de que nos equivocaremos muchas veces, pero no me gusta nada la idea de que mi hijo recuerde algo de su infancia parecido a lo que yo recuerdo.