Si el juego 5 entre Lakers y Suns hubiese sido una película podría haberse titulado "Cómo pasar de ser heroe a villano y viceverse en tan solo 1 minuto". Hubiese estado protagonizada por Ron Artest y Jason Richarson y hubiera tenido un final digno de Holywood (como esos que le gustan al Comisionado David Stern).
El alero angelino recibió el balón después del rebote ofensivo de Pau Gasol y lanzó un triple con 20 segundos en el reloj de posesión, 57 segundos para la culminación del juego y con su equipo ganando por 3 puntos. El tiro no entró y Ron le entregó la posesión a los Suns con 55 segundos por jugar. Nadie hubiese querido ser Artest en ese momento.
Luego de una sucesión de jugadas y un par de rebotes ofensivos el balón caería en manos de Jason Richardson de los Suns, quién desde un poco mas allá de los 7,23 m., encestaría con 3.5 segundos en el reloj, el triple con tablero que amenaza con convertirse en una de esas jugadas memorables de playoffs que vemos año tras año.
Los Lakers pidieron minuto con el partido empatado en 101 y la transmisión, como no podía ser de otra manera, le mostraba a los televidentes los 6 buzzer beater de Kobe Bryant de esta temporada que sirvieron para ganar un partido.
Fue Fisher el encargado de poner el balón en juego y el número 24 el receptor. Bryant ensayó un lanzamiento en suspensión que fue bien defendido y que siquiera tocó aro. El rebote caía manso a las manos de... RICHARDSON pero el "efecto KB" hizo que se olvidaran de... ARTEST quien llegó por el lado ciego y se hizo del rebote. Con un tiro poco ortodoxo le dió la victoria a su equipo y se convirtió en el heroe de Los Angeles, por lo menos hasta el próximo encuentro. Quedó demostrado una vez mas que en el basquet como en las películas, la vida te da revancha.