Es oscura, secreta y peligrosa. Representa todo aquello que no queremos ver. Las emociones que escondemos, las mentiras que decimos y lo que nos decimos a nosotros mismos. Esta parte oscura que convive en nuestro interior y que todos queremos esconder. Conductas, actitudes, emociones y pensamientos amorales e incongruentes con nuestros valores. ¿Cómo puedo reconocer mi sombra?
Cuando engañamos, cuando bebemos demasiado, cuando intencionada o des intencionadamente controlamos la intimidad del otro, cuando nos saltamos el régimen, cuando gritamos a los hijos, cuando no apoyamos a la pareja, cuando nos pasamos horas delante la televisión sin hacer nada más, cuando chateamos a escondidas, cuando somos infieles, cuando aprovechamos ideas ajenas haciéndolas nuestras, cuando criticamos a las espaldas, cuando deseamos el dolor ajeno……
La sombra está repleta de pensamientos, emociones e impulsos que son demasiado dolorosos o desagradables para aceptarlos, y en vez de reconocerlos y trabajarlos, los reprimimos, como si no existieran. Con todo nuestro poder de pensamiento tratamos de fingir que no somos aquello que odiamos de nosotros, para ello contamos con la ayuda del Ego, que se encarga laboriosamente de esconder todo lo que nos parece inaceptable. El Ego construye una máscara para presentarnos ante los demás, limpiando defectos. Una máscara que nace en la infancia, desde que los padres o cuidadores empezaron a inculcarnos (según sus creencias) lo que es bueno y malo, si hacemos algo bien tiene consecuencias positivas y lo que hacemos mal conlleva represalias, lo que es correcto o ético y lo que no; cuando tomamos consciencia de las consecuencias de los actos, empezamos a reprimir las emociones, actitudes y comportamientos y, a la vez, empezamos a construir otro “yo”. Una máscara o “yo” aceptable y consciente, un personaje correcto, moral y bueno a través del cual lográbamos la aceptación de los demás, el amor, la atención y el prestigio social. Pero todo conlleva su parte amarga, y mientras de cara al exterior representamos la mejor actuación, nuestro inconsciente va llenando su mochila de hechos vergonzosos, molestos, inaceptables, silenciados, de todas aquellas sombras que no hemos querido reconocer, pero que, tarde o temprano, se expresarán y se liberarán de su cautividad.
¿Eres consciente que todo lo que rechazas de alguien es algo que no aceptas de ti mismo/a? Muchos sentimientos que nos despiertan personas del entorno (odio, rechazo, superioridad, prepotencia…) tienen relación con algo de ti mismo que no aceptas. Esto forma parte de nuestra sombra. Según el psiquiatra y psicólogo suizo Carl Jung -”proyectamos en los demás todo aquello que no queremos ver en nosotros, lo que no podemos aceptar”-
¿Cómo reconocer mis puntos sombríos?
Un buen ejercicio de auto-conocimiento para saber cuáles son tus puntos “sombra” consiste en analizar los sentimientos que te despiertan personas con las que no tienes buena relación, te crean rechazo o simplemente no soportas, ya que estas personas te están reflejando algo de ti, son las encargadas de mostrarte las partes oscuras que no quieres ver o aceptar, pero, te guste o no, las tienes!! Este mecanismo psicológico llamado proyección nos ayuda a averiguar cuáles hechos externos o personas nos afectan. El primer paso para enfrentarnos a nuestra sombra es aceptarla, reconocer que la tenemos, aunque ¿cuántas personas que ahora leéis esto pensáis que no la tenéis? Seguro que algunas, todas aquellas que quieran seguir viviendo en la ignorancia al pensar que tienen un gran equilibrio emocional. Para todas aquellas personas (y muchas) que tienen la capacidad de aceptar que hay algo en su vida que se debe mejorar recordarles que tras todo aquello que no nos gusta, que nos duele, siempre hay una potencialidad que nos ayudará a progresar, porque nuestras competencias emocionales, si están bien direccionadas, nos guiarán a conseguir todo lo que queremos ser y sentir.
“Para que una sombra desaparezca debes llenarla de luz” (Shakti Gawain)