Revista Comunicación

'El efecto Trini' en comunicación política

Publicado el 23 marzo 2010 por Felipe @azulmanchego

 

HAY POLÍTICOS QUE nacen estrellados y otros, en cambio, brillan con luz propia desde el primer momento. Hay políticos que necesitan sobreactuar para compensar su falta de peso y otros, en cambio, se desenvuelven con una naturalidad pasmosa, incluso en caso de grave conflicto. Hay políticos que caen rendidos ante los cantos de sirena del márketing mediático y otros, en cambio, apuestan por la cercanía personal como base de su estrategia. Entre estos segundos figura, sin duda, Trinidad Jiménez cuya capacidad de seducción política y su fino olfato para buscar soluciones sólo es comparable a su natural talento para concertar.
Me anima a escribir este post su actuación en el último Consejo Extraordinario de Salud, donde Gobierno y Comunidades Autónomas han sellado un "gran Pacto por la Sanidad", gracias al cual se ha puesto la primera piedra para garantizar la supervivencia del sistema. Todavía recuerdo cuando los responsables de Sanidad del PP abandonaban los consejos interterritoriales de Salud en la etapa de Elena Salgado o de Bernat Soria como ministros. Ahora, en cambio, hasta el combativo, y ya ex consejero madrileño, Juan José Güemes, se deshace en elogios diciendo que Trinidad Jiménez es "buena persona, honesta y leal". Durante su etapa en el Ayuntamiento de Madrid, donde no pudo derrotar a un hueso tan duro de roer como Gallardón, cosechó similares méritos y alabanzas. No es de extrañar que se piense en ella cada vez que se habla de candidatos electorales para las próximas autonómicas en Madrid. Es inevitable.
Hay políticos perfectamente prescindibles y otros, en cambio, necesarios. Tengo para mí que Trinidad Jiménez es uno de esos políticos indispensables. Sí, porque entre tanto barullo, hacen bueno el noble arte de la política.


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