Revista Coaching

El Ejercicio del Poder en la Empresa Familiar

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

El poder más pleno, además de ser un recurso escaso en la empresa y de estar limitado por faltas de conocimiento y voluntad de quienes lo ejercen, puede estar sujeto a la influencia no siempre positiva de sus preferencias personales. En este caso, la racionalidad de estas personas está bajo el influjo de sus apetitos, aspiraciones, deseos, inclinaciones, y valores.

Efectivamente, podríamos afirmar que en la empresa resulta imposible, o al menos muy difícil, formular una estrategia económica "pura" 5. Podríamos decir, también, que la racionalidad económica en el comportamiento de las personas que gobiernan y dirigen la empresa, es limitada 6. Considerando dichas tesis, en ningún momento se pretende significar que racionalidad sesgada equivalga a irracionalidad 7, sino que dichos sesgos limitan.

Así, el decisor, por estar sesgado, se "tuerce hacia un lado", no adquiere más conocimientos sobre otras facetas de la realidad, no elabora más su pensamiento, no toma decisión... o decide lo que prefiere. Además, los "limites" en el conocimiento y en la voluntad, sesgan a su vez: la persona que gobierna y dirige, no conoce la realidad o no la quiere y se inclina hacia lo que conoce y quiere, o conoce con errores; y, pensando sobre qué es lo conveniente, se inclina hacia lo no conveniente para la empresa.

Moderación del poder: colegiar decisiones

Los puntos hasta ahora comentados por su extraordinaria influencia en el bien hacer presente de las empresas familiares, y en lograr su continuidad exitosa, conducen a la importante cuestión de cómo ayudar a las personas que ejercen el poder más pleno, y desean ser ayudadas, a alcanzar toda la auctoritas en el desempeño de sus responsabilidades.

Como es lógico la contestación a la pregunta tiene múltiples facetas. Entre ellas está, y muy importante, ayudarles a conseguir desarrollar un equipo de directivos -familiares y no familiares- que complementen sus competencias, los cuales se distinga por el equilibrio entre los niveles personales de auctoritas y potestas, y por sus capacidades de coordinación e integración.

En este apartado, sin embargo, se pretende enfatizar otra indudable cuestión: la ayuda para saber y querer colegiar las decisiones de gobierno de la empresa, además de con la colaboración de las personas que están a sus órdenes, con un grupo de personas con las que moderar su pleno poder.

La colegiación de decisiones está, en cierta forma, prevista en la legislación de sociedades de capital: en ella se distinguen órganos de gobierno extraordinario -la junta general-, y de gobierno ordinario -el consejo de administración y los administradores únicos-, y se explicitan diversos modos de hacer de los administradores -especialmente de los ordinarios-.


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