Revista España
Como un enemigo inmortal, los escuadrones de Ying Zhen arrasaron con los reinos vecinos, se calcula que medio millón de guerreros fueron enviados a la guerra. Sin duda, se trata de un ejército que Inspiró temor, no sólo por su tamaño sino por la increíble destreza técnica que despliegaba. Su ejército de arcilla evoca lo que una formación de combate pudo ser.
Las unidades flanqueadas por tres lineas de ballesteros, tanto en la vanguardia como en la retaguardia, son la artillería de la época. Documentos escritos describen cómo el enemigo es recibido por una intensa lluvia de flechas, en el improbable caso de ser superada, le esperaría una infantería armada con lanzas, dagas, hachas y espadas.
Los flancos también eran protegidos por dos líneas de arqueros, haciendo que cualquier intento de ataque fuera infructífero. Los oficiales subidos en sus carros comandaban las unidades, sus cuadrigas eran escoltadas por lanceros, que con sus lanzas de 6 metros impedían cualquier ataque sobre los caballos de combate.
A finales de los 70 descubrieron armas que, a pesar de llevar enterradas más de dos mil años, se conservan en un estado extraordinario. Un óxido de cromo y sal sella la superficie de las armas evitando su deterioro. Esta técnica de conservación química no se implantó en Europa hasta 1938.
A partir del estado en el que se encuentran estas armas se han sacado varias conclusiones en lo referente a su producción: se trata de una producción en masa que no llegó a Europa hasta la Revolución Industrial y que fueron producidas en series de diez mil puntas de flecha.
A 20 metros al oeste del sarcófago del Emperador se halla un carro de bronce. Su tamaño es la mitad de un carro normal pero está construido con gran detalle Un carro convencional mide 2.25 metros de largo y 1.52 metros de atto, el jinete monta bajo un dosel en forma de parasol. Otras armas como un arco con carcaj y flechas, así como una ballesta y un escudo se encontraron en el carro. La brida de los caballos era de oro y plata, y los animales estaban decoradas con borlas.
Los caballos de caballería están muy valorados en el periodo de Shang. Como ofrenda en entierros, sólo se ofrecen a aquellos de alto linaje. En el caso en el que tuvieran que enterrarse junto al carro, se les daba muerte antes para así facilitar su colocación y atadura. Las bridas a principios de la era Qin son de metal y madera siendo reemplazados por otros materiales como el hueso o el asta posteriormente.
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