Revista Humor

El elefante y el hada, un cuento

Por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu

Otra vez lancé los dados y esto es lo que salió...

El elefante y el hada

El elefante y el hada, un cuento

Había una vez un circo donde el espectáculo estrella era un enorme elefante. Cada vez que llegaban a una nueva ciudad, redoblaban los tambores y la gente hacía largas colas para verle. El elefante se sentía muy orgulloso de ser tan importante, por eso, cuando capturaron al hada, se sintió tan desgraciado. ¿Cómo era posible que una criatura tan pequeña llamara más la atención que él?

El elefante decidió que iba a hablar con el hada para convencerla de que se fuera a otro circo pero, cuando fue a verla, se la encontró llorando, incapaz de salir de su jaula de oro para escaparse. El paquidermo, al darse cuenta de que los deseos del hada coincidían con los suyos, abrió la jaula con facilidad y le dijo que se fuera de allí lo antes posible. Pero ella sabía que el elefante quería ser famoso en el circo solo porque era lo mejor que conocía, e intentó convencerle de que la acompañara.

-Lo peor que puede pasar es que no te guste el bosque, en cuyo caso será tan fácil como dejar de esconderte y volver al circo. Además, si desapareces un tiempo y luego vuelves, valorarán más tu espectáculo -le persuadió. El elefante dudó, pero al final hizo caso al hada y, en cuanto pisó el bosque y tuvo la libertad, nunca quiso volver a perderla.

La gente del circo, por más que les buscó, nunca consiguió encontrarles, ya que su buena amiga, el hada, a la que no volverían a pillar desprevenida, usaba su magia para ocultarles. A la larga, acabaron por dejar la búsqueda y el elefante del bosque dejó de ser noticia. Todos daban por hecho que el animal había sido robado, pero los más sabios decían que se había convertido en el defensor de la gente feérica y que, cuando las hadas hacían sus fiestas, hacía sonar su trompa para compartir con todos su felicidad. No obstante, como nunca nadie volvió a verle, se convirtió en una leyenda local, en este cuento de niños que estoy contando. Pero a veces, si paseas por el bosque y prestas atención, verás sus huellas y le oirás conversar a lo lejos con su amiga el hada.

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