Revista Historia
Todos lo sabemos: La clase política española está instalada en la mediocridad. Y así nos va. Los españoles han depositado sus votos en las urnas, no una vez sino dos en poco más de seis meses. Sabemos que partidos politicos han obtenido más escaños, pero, aunque parezca mentira, no sabemos que es lo que van a hacer con ellos, ni ellos mismos lo saben. No importa, ellos tienen el escaño y nosotros ya no tenemos nada que decir. Estamos en sus manos. Lejos quedan los programas politicos, las promesas y los motivos que esgrimieron para reclamar nuestro voto. Ahora que ya tienen el escaño lo que quieren es el poder y harán cualquier cosa para conseguirlo, incluso renegar de sus principios éticos y politicos.... en el caso de que los tengan.
Desde diciembre de 2015 estamos esperando la investidura de un presidente de gobierno. La mediocridad de los cuatro posibles candidatos impide la elección. Que fácil sería todo si cualquiera de ellos fuese capaz de esgrimir argumentos contundentes para ser investido, sin embargo solo nos hacen llegar vanalidades de patio de colegio para justificar su incompetencia y, lo que es peor, eludiendo la obligación de ser honrados con quienes les votaron. Discursos aderezados con múltiples invocaciones a la patria, a España y, por supuesto, a esa "gran unidad de destino en lo universal" que es España, tal y como lo explicitó Falange Española en 1933, marcando así, antes y ahora, a los partidos independentistas como inhabiles y despreciables para cualquier tipo de dialogo a pesar de que estos tengan abundante representación parlamentaria. Mal camino. De seguir por esta senda puede que hasta llegue a cuestionarse la conveniencia de la existencia de los partidos politicos, tal y como lo hacia Falange Española durante la Segunda República, supresión de los partidos politicos que finalmente se consiguió.
Ante el desacuerdo existente en el Parlamento sobre quién debe gobernar es necesario que se produzcan cesiones por parte de todos los actores implicados. Solo Unidos Podemos se mantiene inflexible en su "no" al Partido Popular. Pase lo que pase lo que no sería de ninguna forma aceptable es que las cesiones alcanzasen a la renuncia de los valores que los partidos defienden, valores que constituyen el principal motivo por el que se les ha votado. Con eso no se juega.
La derecha ha sido la fuerza política más votada en las dos ultimas elecciones, es cierto, en parte gracias a la diáspora de la izquierda, pero ello no supone en absoluto que pueda formar gobierno, todos lo sabemos. Ahora el asunto se centra en un cambio de cromos para que la derecha siga gobernando. Existe una posibilidad real de que la izquierda española consiga formar gobierno, pero parece ser que tal posibilidad está descartada a pesar de que los votantes de izquierda la exijan sin contemplaciones.
Es posible un gobierno de izquierdas, es posible deshacernos de las antisociales políticas de la derecha, pero los partidos llamados a ello no escuchan a sus votantes, se pierden en estrategias de supervivencia política, piensan más en ellos que en las clases trabajadoras, que en sus votantes, atesorando esos pedacitos de papel que, de seguir así, nunca habrán merecido. En este punto y ante la equívoca posición del PSOE me veo obligado a dar la razón a Falange Española: "Unos pedacitos de papel depositados cada dos o tres años en unas urnas, son la única relación entre el pueblo y los que dicen representarle".
Hoy es el aniversario del asesinato de "Las trece Rosas" (05-08-1939) a manos de la policía franquista. Trece muchachas, casi niñas, costureras, La dictadura acababa de llegar, ellas desde las Juventudes Socialistas Unificadas, una organización formada por jóvenes del PSOE y del PCE, siguieron luchando por el sueño republicano. El precio que pagaron: sus propias vidas. Una vidas recién estrenadas arrebatadas por los disparos de los fusiles franquistas contra una de las tapias del madrileño cementerio de La Almudena. Yo me pregunto que pensarían ellas si viesen como el PSOE facilita el gobierno a un partido fundado por altos cargos del franquismo, en lugar de hacer todo lo posible junto a otras fuerzas politicas por enviarle a la oposición por el resto de sus días.
Quizás la solución sea mantenernos en las catacumbas, temerosos y conquistados, a la espera de descubrir a ese "elegido" que las Hermanas Wachowski crearon para liberar a la humanidad. De momento nuestro mediocres politicos siguen inconscientes en sus cápsulas, contribuyendo a alimentar al sistema que nos explota, formando parte de el. Esperaremos para ver de que color es la pastilla que elige el PSOE.
Benito Sacaluga