Sí señores, a pesar de que el presidente Piñera prometió, en campaña electoral, que ningún puesto importante de su gobierno estaría compuesto de seguidores de Pinochet (se vio en la obligación de hacer esa declaración, ya que entre sus seguidores existen muchos pinochetistas), ahí le tienen, para empezar nombró como embajador en España a Sergio Romero.
Este embajador fue instigador del golpe contra Allende y apoyó la dictadura genocida de Pinochet, luego le nombraron subsecretario de agricultura en la criminal junta militar chilena. Después, criticó en 1998 la detención del general en Londres por el juez Baltasar Garzón y le permaneció fiel hasta que falleció,
Estas son sus credenciales, las que según el presidente Piñera le han valido para ser nombrado embajador de Chile en España. Una vergüenza para Chile y para la democracia y un desprecio para España.
Ante este nombramiento, muchos chilenos residentes en España y asociaciones sociales y políticas y personalidades relevantes han pedido que el gobierno le retire el plácet.
No ha habido contestación por parte del gobierno de Zapatero, aunque no me cabe duda de que tragará y no hará nada para que este elemento pinochetista sea relevado de su cargo. Su constante cobardía en la escena internacional y su falta de coraje para acometer una ley de Memoria Histórica digna, me hacen pensar que no será capaz de mover un dedo.
Y no creo que sea neutra la decisión de Piñera. Sabiendo que en este país no se ha condenado el franquismo, que todavía gente afín a la dictadura franquista está en puestos de relevancia, y conociendo la ley de Memoria descafeinada que promulgó el gobierno, ha actuado en consecuencia. Conociendo el paño, no ha tenido el menor recato. Seguro que no se hubiera atrevido a mandar a este embajador a París o a Berlín.
Lo que demuestra que Piñera admite pinochetistas en puestos importantes –él mismo defendió al general asesino cuando le detuvieron en Londres—; y de confirmarse la falta de acción del gobierno español, volveríamos a ver cómo se baja los pantalones ante un país extranjero y permite mantener relaciones con Chile, a través de un personaje siniestro y defensor de la dictadura chilena que asesinó a Allende y frustró violentamente la esperanza más soñada de América.
Salud y República