El embarazo es sin duda uno de los momentos más importantes en la vida de una mujer. En muchos casos, cuando este estado pilla los meses de verano, hay mujeres que se agobian y que no saben cómo deben enfrentar las altas temperaturas que se vienen por delante con los cambios físicos y hormonales que están sufriendo.
Tomar que el embarazo durante el verano es terrible es un gran error ya que no todos son contras sino que se trata de que puedas tomar algunas medidas para que el calor y la exposición al sol no te afecten tanto. En el embarazo, la mujer es mucho más propensa a sufrir de lo que se llama cloasma o melasma y es el riesgo a que aparezcan manchas en su piel, sobre todo en su cara cuando se expone al sol. Es por este motivo que debes tener mucho más cuidado en tu piel y agregar protector solar en todo momento tanto en tu rostro como en tu cuerpo cada vez que te vayas a exponer al sol, tanto sea salir a la calle o ir a una playa. Lo mejor es que también incluyas un sombrero para proteger tu cabeza.
La deshidratación es otro de los grandes problemas en verano, mucho más cuando se está embarazada, por ese motivo es que se debe beber agua constantemente e intentar no exponerse a grandes temperaturas ya que de lo contrario podría llegar a originar un parto prematuro si te encuentras en los últimos meses de tu embarazo. Por otro lado como ventaja tienes que en verano la alimentación cambia y podemos comer fruta y ensaladas, comidas ligeras que nos van a saciar y aportar todos los nutrientes necesarios.
Para que no todo suene tan mal, una de las grandes ventajas del embarazo en verano, es que no necesitarás de mucha ropa. Con unos vestidos sueltos será más que suficiente para pasar esos meses. En cuanto al hecho de ir a la playa, existen bañadores especiales para embarazada pero nadie quita que puedas usar un bikini tradicional y lucir así tu hermosa panza. Además, de seguro que es el primer verano en donde no te vas a fijar ni preocupar por esos kilos demás que haya en tu cuerpo.
Las altas temperaturas afectan a todo el mundo y pueden llegar a generar una bajada de tensión, por eso, qué mejor momento que ese para tomarse un descanso y permitirse dormir con los pies en alto para evitar la hinchazón de los pies. Aprovecha tu estado, descansa y disfruta del aire libre antes de que llegue tu bebé.
En cualquier caso, lo ideal en estas épocas, para comprobar que todo sigue a la perfección es poder realizarte una ecografía visitando a tu obstetra. Unas sesiones de coaching para embarazadas podría ser otra opción para conocer más consejos y trucos de cómo llevar el embarazo durante el verano y disfrutar sin culpas ni miedos del buen clima.