¿Qué se puede ver en Soria? Soria tiene un importante patrimonio arquitectónico: importantes restos de su muralla medieval, palacios renacentistas; iglesias románicas como la de Santo Domingo, una de las más visitas de España por la impresionante portada, y el claustro románico de la concatedral de San Pedro, iglesias a las que confío que lleguemos en nuestra Gran Guía de Templos Románicos.
Extramuros, tiene dos importantes alicientes: la ermita de San Saturio, con acceso por ambos márgenes del Duero, como aferrándose al cortado rocoso de la sierra de Santa Ana y la cueva del primitivo eremitorio. Un poco más lejos, a siete kilómetros de la ciudad, sobre el Cerro de la Muela, se localizan los restos de Numancia, la ciudad que le plantó cara a los romanos, epopeya a la que me referiré en un próximo artículo.
A 1063 m. de altitud, es la ciudad más elevada después de Ávila y con cerca de cuarenta mil habitantes, la segunda menos poblada de España, tras Teruel. Allí donde más se encoge el ánimo, porque los pueblos y las ciudades se hicieron para vivirlos y la brecha de la emigración sigue agrandándose, uno se aferra a la Naturaleza, a esa arquitectura de muchos de sus pueblos, incluso, a pelearse con el colesterol metiéndose un torrezno de esos que lucen en bares y vitrinas de las pequeñas tiendas. Quiero volver a Soria porque el mensaje es real y persiste: ni te la imaginas.
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