El encierro
28 febrero 2014 por evasinmás
Hoy se han encerrado en casa. Todos. Desde el mayor, el emigrante, hasta el más chico, hijo ya de la tierra de acogida. Tienen los pitos en la mano. Los cacharros cerca. Todo para si, como ha pasado en los últimos días, entran a la casa. Entonces se pondrán a hacer ruido, para poder avisar a los vecinos y que salgan en su defensa. Todos unidos quizás puedan repeler el ataque. El mayor está preocupado porque esta mañana no pudieron ir al supermercado, lo habían saqueado y las fuerzas de Seguridad estaban también por la zona. No era seguro circular por la calle. Qué será del país. El mayor, el emigrante, el hijo, el nieto… todos se preguntan por qué la comunidad internacional no ayuda, qué han hecho ellos para ser abandonados a su suerte. Los políticos se llenan la boca con palabras hermosas como derechos, humanidad, solidaridad, democracia, paz… Pero ahora, cuando más necesitarían que toda la teoría se hiciera realidad, el pueblo sufre, solo y lucha por no verse de cara con la violencia de unos y otros. Mientras, en la otra orilla, la familia de los encerrados en sus casas se devana los sesos mientras piensa cómo ayudarlos. Recuerda cómo en la posguerra, los paquetes que llegaban de Venezuela alegraban el cuerpo y el alma. Y ahora… ¿qué hacer? ¿Cómo defenderlos a ellos de la escasez y la violencia? Esa familia canaria recuerda que en todas las parrandas se cantaba también, junto al folclore propio de las islas, la canción Alma Llanera, aquella que había nacido como una Zarzuela en 1914 para convertirse en un segundo himno de Venezuela. Y entonces, se pone a entonarla, a gritos, como el cantante mexicano Vicente Fernández en esta versión suya, a ver si consigue apagar el sonido de los tiros, de los lamentos, de los insultos, de las amenazas, del miedo… A ver si llega a oídos de los líderes del mundo, para que decidan luchar por la paz en Venezuela, por los derechos y el bienestar de todos los venezolanos.
PD. No nos olvidemos de Venezuela… Ni de Ucrania… Ni de Siria…