Revista Medio Ambiente

El enemigo de los eucaliptos es mi amigo

Por Davidalvarez
El enemigo de los eucaliptos es mi amigo
Este simpático animalito, que no mide más de 1 cm de longitud, se llama Gonipterus scutellatus. Puede que la mayoría de vosotros no lo conozcáis por su nombre formal, pero si os digo que su nombre común es el Gorgojo defoliador de los eucaliptos, a lo mejor os empieza a sonar.
El pequeño Gorgojo vivía tranquilamente en su hábitat natural en el sureste de Australia, y allí pasaba su vida placenteramente comiendo hojas de eucalipto, pero sin llegar a desmadrarse, ya que multitud de depredadores los mantenían a raya. Entre ellos estaba la feroz Anaphes nitens, una avispa parasitoide que inyectaba sus huevos dentro de sus larvas para que una vez que eclosionaran se las comieran viva. 
Pero a principios del siglo pasado, los eucaliptos empezaron a exportarse a otros continentes, ya que sus rápidas tasas de crecimiento los hacían muy apetecibles para la industria maderera. Y junto a los plantones de eucaliptos, algunos polizones se colaron entre sus hojas para descubrir el mundo. En 1916, el Gonipterus se detectó en Sudafrica y desde allí dio el salto al nuevo mundo, extendiéndose rápidamente desde Argentina a Brasil, donde grandes plantaciones de eucaliptos ya se habían establecido sin control y donde los enemigos naturales del gorgojo no estaban presentes.
Desde Sudamérica solo tenía que esperar un poco para cruzar de nuevo el océano y visitar la vieja Europa. Y encontró el pasaje en uno de los muchos barcos que transportaban madera de eucalipto para la industria papelera. Los primeros indicios de su presencia en la Península ibérica se tuvieron en 1995 en Galicia y a partir de allí, en los lluviosos montes y rasas cantábricas, este insecto encontró lo que cualquier gorgojo de buena familia hubiera deseado para sus hijos. Miles de hectáreas de comida fresca se abrían ante sus ojos, cubriendo cientos de kilómetros desde Fisterra hasta Irún. ¿Qué más podía pedir un pequeño Gorgojo defoiliador del eucalipto que este hermoso lugar sembrado y protegido por nuestra Administración?
El enemigo de los eucaliptos es mi amigoSuperficie ocupada por las plantaciones de eucaliptos en el norte de España
Y fue aquí, en el norte de Iberia, donde creció y se multiplicó y en pocos años empezó a extenderse y a causar daños en la inmensa plantación que forma toda cornisa cantábrica. Y Asturies, nuestro querido paraíso eucaliptal, no fue una excepción y sólo hace falta observar muchas de las laderas de los montes costeros para ver las copas de los eucaliptos amarillentas y desnudas gracias a la actividad del pequeño gorgojo.
Actualmente, nuestro querido Gonipterus está consiguiendo lo que años de protestas, denuncias y trabajos científicos no habían conseguido: acabar con los eucaliptos y poner en jaque a la potente industria papelera asturiana, liderada por la multinacional ENCE, que siempre contó con el beneplácito de la Administración asturiana para hacer y deshacer a su antojo. De hecho, a finales del año pasado el consejo forestal del Principado de Asturias aprobó la eliminación de restricciones a la plantación de eucaliptales, que a partir de entonces se realizarían según la demanda de papel, o sea, según lo que quisiera ENCE.
Pero la industria papelera no iba a quedarse parada viendo como mi querido Gonipterus se comía millones de euros, así que presionó a la Administración para que fumigara rápidamente todas las plantaciones con Flufenoxurom, un potente insecticida que además de matar gorgojos mata a otras muchas especies de insectos, entre ellos a los poninizadores y que además tenía efectos muy nocivos sobre la salud de otros animales, entre ellos del hombre. Había que darse prisa, porque la Unión Europea, consciente de esos efectos tan nocivos había prohibido su uso a partir de enero de 2014. Pero claro, en nuestro país estas cosas del medio ambiente van más despacio y aún quedaba tiempo y los planes de fumigación parece que estaban aprobados en gran parte de la geografía asturiana a finales del año pasado.
Mientras se decide si se fumiga o no, aunque varias fuentes ya dan por seguro que estas fumigaciones ya se han producido, el pequeño Gonipterus sigue comiéndose los eucaliptos y con ello se ha ganado todo mi cariño y mi admiración.
Pero me surge una duda, ¿que ocurrirá cuando el pequeño y afable gorgojo acabe con los eucaliptos, si es que lo consigue? o ¿qué pasará si da el salto a otras especies de árboles y las encuentra igualmente apetitosas? No lo sabemos, pero por lo que ha ocurrido en otras ocasiones y con otras especies, no se podría descartar que empezara a comerse nuestros robles, hayas o abedules. ¿Que dirán entonces los gobernantes, gestores y empresas que han favorecido que toda la cornisa cantábrica se haya convertido en un monocultivo de eucaliptos? Pues no dirán nada, todos habrán guardado a buen recaudo su porción del pastel y le echarán la culpa a otros, porque ya sabemos que ellos todo lo hacen por nuestro bien.

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