El enemigo invisible contra el que debes luchar cada día

Acecha.

• ¿Bus o taxi?
• ¿Menu o carta?
• ¿Solomillo o pollo?

Es la mentalidad de pobre, hay que mantenerla a raya.

(Mujer, nunca salgas con un hombre con mentalidad de pobre.)

Es un trabajo constante. Si te relajas te gana la partida.

• ¿Propina?
• ¿Me llevo el bocadillo?
• ¿Espero a rebajas?

No te confundas o puedes acabar llamándola «ser responsable».

No confundas, digo.

Estoy de acuerdo en que no necesitas pedir postre, que tienes más ropa de la que te pones y que ese viaje se puede hacer más cutre.

De acuerdo con todo eso.

Lo que te digo es que si vas a hacerlo, hazlo bien, joder ya. Y que cuando lo hagas bien no sufras, sino que te sientas dios.

Y que si no te vas a sentir dios haciéndolo bien, entonces no lo hagas.

Puedes ser rata con tus hábitos, pero no con tus gastos. Esa es la diferencia, no sé si lo entiendes.

¿Entiendes?

Si no lo entiendes vuelve a leer.

¿Con quién has trabajado antes? / Enséñame ejemplos de proyectos anteriores / Dame referencias

Cuánto sois / Dónde tenéis las oficinas / Cuántos años llevais en el mercado

Cuando tienes mentalidad de pobre esas preguntas te parecen normales. Razonables incluso.

Tu mentalidad de pobre te dice que tú también las harías.

Normal, son preguntas de pobre.

Pero si tuvieras la menor idea de lo corrosivas que son esas preguntas y lo que realmente significan no estarías ahí tan tranquilo leyendo este email.

Si tuvieras una mentalidad de abundancia… Si estuvieras yendo en la dirección correcta, la dirección de la fortuna, te darías cuenta de que esas preguntas son un certificado de muerte…

No de la oportunidad de venta que tienes de delante, sino de ti como vendedor.

Demuestran que vas por la calle con las tripas por fuera dejando un rastro de bilis.

Con un traje del zara de esos que llevan el pañuelo atado al bolsillo de la americana.

Ouch.

Entonces…

Si fueras consciente de todo eso, estarías apuntándote ahí abajo:

Suscribirse Acepto la política de privacidad

La entrada El enemigo invisible contra el que debes luchar cada día se publicó primero en Luis Monge Malo.